
"Todavía no puedo salir del flash a nivel mal que me pegó ver la cantidad de grosos que había en el escenario, loco. Ver al loco Lino me hizo estallar por los costados. No pude evitar tanta emoción. Vomité y me dio un ataque de epilepsia" confesó un descompuesto militante comukirchnerista, mientras se tatuaba en el pecho una escena sexual entre Fredito Leuco y Nando Bravo.
"Me saco los pelos con las manos. Me sale juguito de las orejas. Esto es un pico alucinante. Sí, man, verlo a Todesca, entre toda la muchachada me reventó los pulmones", remató el líder de una agrupación FiloKanibalista.
En tanto, desde su despacho de la calle Corrientes, Carlos Heller no paraba de colar ranitidina y clonazepan. Desplomado sobre su escritorio con la cara de Américo Ghioldi, vomitaba líquidos verdes y azules, luego de una velada con tanto respaldo que Néstor Kirchner quedó pintado.
che, y tomada no estaba?
ResponderEliminarcuánta desazón toda junta
ResponderEliminarcómo le está yendo con el voto progre de caballito
ResponderEliminarsi perdemos nos juntamos a morfar en un bodegón
ResponderEliminarje, flor de banquete nos vamos a dar
ResponderEliminarme largo a llorar cada vez que nombran a ghioldi
ResponderEliminarche, heller no seas careta y da cambio en monedas
ResponderEliminarja, ja, ja
ResponderEliminarvamos que arañamos el 10 por ciento
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