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sábado, 31 de diciembre de 2011

Breves Ludditas para pasar la resaca del Año Nuevo.



Si chicos, el año se termina y este bloquete no quiere dejar pasar la oportunidad de escribir algunas huevadas para comentar en la mesa del primer día del 2012, entre tiras frías de asado, sobrantes de matambres, pechugas de pollo demasiado secas y alguna que otra gaseosa cola sin burbujas. Así que ahí van:


Peralta se pone nostálgico y pide la vuelta de los Patacones


Al gobernador de la provincia de Santa Cruz, Daniel Chichi Peralta, parece haberle pegado para el carajo los diez años del 2001, y quiso recordar a su modo un nuevo aniversario con una buena dosis de ajuste, y no menos de represión policial. “Estamos haciendo como si fuera un pesebre viviente, solo que es un 2001 viviente, con gases, balas de goma, quemas de patrulleros y todo. Después de esto se vienen las cuasimonedas, y los clubes de trueque. Y una vez que tocamos fondo, resurgimos con crecimiento a tasas chinas. Está todo planeado”, relató un alto funcionario santacruceño escondido bajo una piedra para que no lo reconozcan.



Moyano evalúa piquetear el Dakar si no le dan pelota


Hugo Moyano, el titular de la CGT y hombre de pelos duros, que ni una crema de enjuague Plusbelle puede aflojar, anda viendo la mejor manera de hacerle tragar el humo de sus camiones al proyecto nacional, popular y democrático, y para eso analiza la posibilidad de paralizar el rally Dakar, en el trayecto que va de Mar del Plata a San Juan. Según indican fuentes del recontra moyanismo, la idea es usar la misma flota de veinticinco camioneros con las bolas bien puestas que en medio del conflicto con los agrogarcas salieron a poner el pecho, pero con la particularidad de que entre todos armarían una especie de Transformer gigante para que Pablito Moyano maneje cual Optimus Prime, y pueda así revolear por los aires cuatriciclos, camionetas Amarok,y camiones T4.1, y demuestre quien la tiene más grande.



Macri festejaría su sobreseimiento con suelta de indigentes


El jefecito porteño, el Papu Macri, planea festejar el año nuevo y el sobreseimiento en la causa por las denuncias de maltratos de la UCEP (Unidad de Control Expulsa Pobres) con una suelta de indigentes que viene guardando hace meses en un frizzer del ministerio de Desarrollo Social junto a la ahora vicejefa de gobierno, María Eugenia Vitral, para que le den mejor los indicadores de personas en situación de calle. Por lo que refieren fuentes poco calificadas del gobierno de la Ciudad, Mauri quiere subirse a la terraza de su edificio y poner ahí un par de indigentes en esos globos de papel que se prenden para las fiestas, de modo tal que se confundan con la pirotecnia findeañera, y caigan, si es posible, del otro lado del riachuelo.



Armando Vodoo prepara la Play 3 para mudarse a su despacho del Banco Central


En cuanto se supo la noticia que la presidente de todos todos los argentinos tenía un carcinomalito en la glandulita tiroides, y que debía someterse a una operacioncita por la que deberá tomarse unos diítas de licencia, que el vicepresidente anda sacando porquerías de los canastos de su casa donde guarda yo-yos y tiqui-tacas para llevarse a su nuevo despacho en el Banco Central, mientras terminan de sacarle las telarañas que tiene el que ocupaba Julito Cobos cuando era un mimado de la transversalidad. Después de descartar la patineta y la guitarra eléctrica, el otrora ministro de Economía, optó por poner en la mochila la Play 3 para ver si puede terminar de pasar la pantalla en la que Mario Bros. se enfrenta al malvado de Cupa.



Empleados de Radio Mitre temen se comidos por Alfajorcito Lanata


Tras su desembarco en el multimedios Clarinte, tal como este mismo blog lo había anticipado hace bastante rato (si no me creen miren acá) para hacer un informativo en el mediodía de Mitre, el gremio de operadores de radio teme que sus afiliados sufran algún tipo de mutilación cuando Alfajorcito Lanata se de cuenta que va a tener que laburar en el horario del almuerzo. Por eso ya mandaron a conseguir vidrios blindados para el operador, y chalecos antibalas reforzados para los productores.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Alejandro Pappo recuerda una pequeña victoria del 2001


Vi al rati, el mismo del walkman, parado en la esquina dirigiendo el tránsito, con los auriculares en el cinto como exhibiendo un trofeo. Un patrullero que venía por Libertad se había quedado a mitad de Avenida de Mayo con el capot levantado; se le había soplado la junta de la tapa de cilindro, podía olerlo a unos veinte metros. Cuando miró hacia mi lado ya era tarde, lo había agarrado.
El día anterior había estado en la casa de Cavallo caceroleando de lo lindo con el cárter de un Valiant 3 y la biela de una F-100. Por la noche, cuando De la Rúa decretó el estado de sitio, nos fuimos con los pibes de la cuadra al fondo de casa donde guardaba una colección de cubiertas con banda blanca y las sacamos a la esquina. Tiré para atrás la tapa del encendedor a bencina que tenía grabado la guitarra prendida fuego de Hendrix, lo acerqué a las gomas, y dudé durante medio compás, porque era como pasar por una maquina de picar carne todas las latitas de cerveza que venía juntando desde los doce años, pero de la llama del encendedor salió la cara de Jimi y me pidió que lo hiciera.
Al rato las llamas iluminaron las calles oscuras de La Paternal y los vecinos empezaron a juntarse alrededor del fuego, como en un ritual antiguo, o como Jim Morrison pasado de alucinógenos. Nos vimos las caras, nos saludamos, cascoteamos a un patrullero, y cantamos Destrucción de V8.
En la mañana del 20 diciembre estaba en el taller con el Rata, el Chahi y Lisandro, preparando un asado de osobuco para festejar la renuncia de Cavallo. Sacamos la tele afuera, adentro el calor estaba insoportable. Desde ahí podíamos ver las cubiertas en la esquina que todavía humeaban, y en la otra esquina, y en la otra.
Ni bien prendimos la tele vimos a un cana de la montada corriendo a unos pibes que llevaban la bandera argentina en Plaza de Mayo, después los milicos tirándole encima los caballos a Las Madres, y los mismos milicos repartiendo chicotazos para todos lados. Me calenté para la mierda, entré al taller, agarré el block de un Torino y lo revolié contra la puerta de casa.
Me fui rápido a la pieza, abrí el ropero, saqué el pantalón chupín, la campera de cuero y lo guantes con los dedos cortados. Los chicos me miraron desde el umbral. Enseguida vuelvo, les dije y ellos comprendieron. Fui al garaje, cargué unas cadenas en la Harley, me subí y la hice rugir un poco. Salí a la calle, revisé el walkman, tenía un cassette con Creedence Grandes Éxitos para empezar del lado B. Puse play, el cabezal mordió un poco la cinta y después arrancó Fortunate son.
Cuando llegué el centro era un despelote, la cana pasaba en motos de a dos y el que estaba sentado atrás disparaba con una recortada contra los manifestantes, la gente corría retrocediendo, otros milicos se llevaban a los heridos entre cuatro o arrastraban a alguien de los pelos, sonaban alarmas de locales, volaban las piedras como volaban los gases.
Di unas vueltas, no sabía muy bien qué hacer hasta que vi a la policía montada avanzando. Me escondí en la ochava de una esquina y cuando escuché el repiqueteo de los caballos sobre Diagonal Sur salí. Aparecí de golpe saltando la vereda y un poli quiso frenar el caballo pero cuando el bicho escuchó cómo sonaban los 12000cc se asustó. Aproveché para tirarle la cadena a las patas del llobaca que se cayó de culo al piso con el poli. Se escucharon unos aplausos y gritos eufóricos, tomá rati puto, pensé yo. Pero el cobani se las arregló para pararse y me empezó a correr. Aceleré, hice unos metros y de pronto se apagó la moto. No me había fijado que estaba sin nafta. El cana empezó a correr con más fuerza con la intención de agárrame, yo la pateaba y la pateaba y no pasaba nada. Cuando lo tuve a dos metros arrancó, pero el cana ya estaba tirándose como si fuera el Pato Fillol y logró sacarme los auriculares del walkman. Me alejé unas cuadras a las puteadas.
Andaba sin guita y no quería dejar la moto tirada por ahí, así que me junté con unos motoqueros que estaban cargando limones para repartir y les comenté lo de la nafta. Un flaco me ofreció un poco de la suya, pero yo no tenía ninguna manguera para aspirarla. Otro me preguntó si no había probado con Vodka, pensé que me estaba jodiendo, pero el chavón insistió y me señaló la vinería de enfrente que tenía los vidrios rotos. Volví cargando tres botellas, se las metí y arrancó al toque. Enseguida salí con los pibes a repartir limones y tirar caballos.
Vi al rati, el mismo del walkman, parado en la esquina dirigiendo el tránsito, con los auriculares en el cinto como exhibiendo un trofeo. Un patrullero que venía por Libertad se había quedado a mitad de Avenida de Mayo con el capot levantado; se le había soplado la junta de la tapa de cilindro, podía olerlo a unos veinte metros. Cuando miró hacia mi lado ya era tarde, lo había agarrado. Sin darle tiempo, le pegué unas piñas, lo subí a la moto, y me lo llevé a la Paternal. Lo primero que hice fue sacarle los auriculares.
Cuando llegué el Rata, el Chahi y Lisandro todavía tenían la parrilla caliente. Me dijeron que me habían visto en la tele, y un par de vecinos se arrimaron para saludarme. Yo les pedí que invitaran a los demás, que íbamos a celebrar con un gran asado, y de paso que trajeran más carbón. Entonces todo el barrio se acercó con su plato y sus cubiertos, y ese día comimos poli asado con casco y ensalada mixta.

martes, 20 de diciembre de 2011

Thudor Popovich y fin de año del programa.


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Cerramos programa junto a Thudor Pópovich, que está parado en la frontera de Irak despidiendo las tropas yanquis. Desde ahí nos cuenta los próximos partidos de EEUU, y cómo va a hacer él para reactivar la economía irakí con venta de celulares y fábrica de sándwiches de miga, mientras mira la final del mundo entre Juventus y Argentinos Juniors. Saludamos a Thudor hasta el año siguiente, y terminamos el programa con las reflexiones de Monseñor Barone, recordando el 2001, cuando fuimos un poquito más libres.

Audios 2001, quinta parte: Raúl Zibechi y Colectivo Situaciones


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En la quinta parte de entrevistas para el libro 2001, escuchamos a Raúl Zibechi, periodista y escritor uruguayo, sobre qué cambió en la Argentina el 2001, y qué cambió en él. Por último, tenemos a dos compañeros del Colectivo Situaciones comentando qué queda del 20 de diciembre de 2001.

Alejandro Pappo y una pequeña victoria del 2001


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Alejandro Pappo recuerda lo que estaba haciendo el 20 de diciembre, y cómo fue obtuvo una pequeña victoria frente a la policia, en la represión de ese día.

Audios 2001, cuarta parte: Ezequiel Adamovsky y Horacio Gonzales


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Escuchamos a Ezequiel Adamosky, historiador, contando cómo fue a la Plaza el 20 de diciembre y sobre algunas imágenes de ese día. Seguido, Horacio Gonzales, director de la Biblioteca Nacional, reflexiona sobre “el llamado” por el que muchos participaron de aquellas jornadas del 2001. Todo pese a los ruidos que se quieren meter en los audios.

Alfredo Leuco, diez años sin poder tomar el poder


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Alfredo Leuco está en un molino junto a Claudia Rucci, y lo llama su amigo el Momo Venegas para avisarle algo terrible. Después se pregunta dónde quedó el 2001, cuando tenía pensado copar el poder con las cosechadoras.

Herminio Iglesias y la locomotora en la Casa Rosada


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Herminio Iglesias continúa relatando los espacios de militancia que recorrió en su vida, desde docente en la Patagonia a estudiante de Farmacia, y recuerda cómo fue que quiso meter una locomotora en la Casa Rosada.

Audios 2001, tercera parte: Luciano Schilaci y María del Carmen Verdú


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Seguimos escuchando fragmentos de entrevistas para el libro 2001. Relatos de la crisis que cambió la Argentina, y en este caso lo tenemos a Luciano Schilaci, integrante de SIMECA, contando sobre la represión del 20 de diciembre, y sobre el rol de los motoqueros ese día. Después, María del Carmen Verdú nos cuenta sobre la estrategia represiva del estado para defender la gobernabilidad. Y sobre el final llega Herminio Iglesias y empieza a contarnos sobre todos los puestos de trabajo en los que estuvo.

Audios 2001, segunda parte: Daniel Azpiazu y Mario Cafiero


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Escuchamos primero el audio de Daniel Azpiazu, quien fuera investigador del Área de Economía y Tecnología de la FLACSO, en una de sus últimas entrevistas, sobre la disputa entre “los dolarizadores” y “los devaluadores”. Seguido de Mario Cafiero, que se pregunta por qué no se rescató a la Argentina.

Audios 2001, primera parte: MTD Solano y Hebe de Bonafini


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Escuchamos a Neka Jara y Albero Spagnolo, fundadores del MTD de San Francisco Solano, en un fragmento de la entrevista que dieron para el libro 2001, y en el que nos cuentan cómo llegaron a la Plaza de Mayo. Después, en otro audio, Hebe de Bonafini habla sobre la formación política de los grupos de desocupados.

Bengala Negra y una revolución interna


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Nos enteramos de los gustos musicales de Bengala Negra, ministro de Espacio Aéreo porteño, y después nos cuenta cómo sobrevivió al corralito del 2001 y a su momento de revolución interna

Apertura del último programa


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Arrancamos el último programa del año de Los Ludditas, un día después del cumple 75 de Jorge Bergoglio, medio tarde porque nos quedamos charlando con unos evangélicos en la puerta de la radio. Recordamos el FRENAPO, y saludamos a Carlos Heller 2 en facebook.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Un vicepresidente desocupado en su tercer día al pedo




De todos lados caen papeles picados y serpentinas de colores. Julio César levanta la mano derecha y saluda con cara de prócer a los jóvenes que vitorean su nombre desde los palcos repletos del Congreso, con la banda presidencial colocada. Acto seguido Cristina Fernández le entrega el bastón, y él lo recibe con orgullo mesurado. Luego estrecha su mano con la primera mandataria saliente, que se retira cabizbaja por la puerta trasera del recinto, y muestra al público el bastón con ambos brazos en alto. La ovación no se hace esperar y Sebastián Piñera propone una ola en su honor que arranca con los presidentes latinoamericanos y recorre toda la vuelta por los palcos. Se siente el fervor de la multitud que ahora ruge su apellido y tira más papeles picados que Ricardo Alfonsín se ocupa de juntar del piso para volver a tirarlos al aire. Cuando está por sentarse para decir el discurso ante la Asamblea Legislativa, le cae un poroto de soja en la cabeza que va a parar sobre las hojas preparadas. Enseguida caen más, tres, cinco, diez. Él no entiende el gesto e intenta ver de dónde vienen, pero sólo ve que los papeles picados dejan de caer y en su lugar empiezan a llover porotos de soja por todos lados, primero de los palcos después del techo. La lluvia se troca en furioso diluvio y todo el recinto empieza a inundarse de porotos. Los presentes intentar escapar pisando las bancas y cabezas que sean necesarias. Patricia Bulrrich sale de su asiento con unas carpetas, resbala y cae al piso, por atrás aparece Facundo Moyano y aprovecha para tirársele encima como si fuera el Ancho Peuchele, con el codo apuntando abajo, mientras Vicky Donda es llevada arrastras por Victor De Genaro y hace lo imposible por espantar los porotos que quieren colarse en su escote. Julio César continúa parado esperando para dar su discurso, y ve absorto que la gente empieza a tirarse desde los palcos empujados por las cosechadoras de soja que arriman sus bocas y descargan chorros de granos. Él piensa en escapar, pero desiste, es el capitán del barco y no puede rajar cual Chacho Álvarez en la primera de cambio. Ya va a pasar, piensa él, pero los porotos suben por todos lados y le llegan a las rodillas. En eso ve a Ricardo Gil Lavedra que saca unas patas de rana y un snorquel, se zambulle entre los porotos y empieza a nadar en dirección a él, pero se pierde en la marea. Las cosechadoras siguen escupiendo y la soja ahora le llega al cuello, sólo le queda al aire la cabeza y los brazos que sostienen firme el bastón presidencial. Pronto los granos llegan hasta la boca y empiezan a hacerle fuerza en el ombligo como queriendo embalsamarlo. Antes de cerrar los ojos siente que alguien le tira del bastón y le pide a gritos que lo deje. Cuando se queda sin fuerza, alcanza a ver que Luis D’Elia se lo saca mientras le grita “soltalo oligarca”. En ese momento Julio César Cleto Cobos se despierta en su casa de Mendoza y ve con alivio que empieza a amanecer.

Se sienta en la cama, se destapa las piernas, y se calza las pantuflas de tigre. Camina en bóxer hasta la cocina y se sirve agua fría de la heladera. Pasa por el living y ve que las luces del árbol navideño no titilan, espera un rato para confirmarlo, después se va hasta el estudio y se sienta en la silla del escritorio. Enciende el velador y revisa los manuscritos del libro que está preparando. Sabe que tiene que estar listo para venderlo en la Feria del año siguiente, si quiere tener unos mangos para ir tirando, pero no pasa de la segunda hoja y tampoco está de ánimo para escribir mucho, así que aparta los papeles a un lado y se cruza de manos sobre el escritorio. Mira los portarretratos en los que posa junto a su familia, los mueve de lugar, los vuelve a mirar y los pone donde estaban. Son las siete y media, en un rato abre la panadería y podría ir a buscar el pan. Va hasta el ropero, busca el equipo Diporto, se lo calza, se pone las zapatillas y las siente ajustadas, se las saca y mira sus uñas, piensa que están bastante crecidas, y que si quiere salir a correr tendría que cortárselas, pero sale así nomás a la calle. Saluda a un par de porteros que baldean las veredas con sus botas de lluvia. Lo mejor es que pase primero por el puesto de diarios así los clientes de la panadería observan que sigue muy preocupado por la coyuntura política. Para cuando vuelve a su casa son más de las ocho. Su mujer sigue durmiendo. A las nueve termina de chusmear el diario, nadie lo menciona. Va hasta el baño, agarra el set de manicura, después llena una palangana con agua tibia y se sienta en el inodoro a ablandarse las uñas, mientras espera que le baje el café con tostadas para salir a correr. A eso de las once termina de hacer el circuito corto de 5 km por el Parque San Martín. Llega a su casa, se ducha, y llama por teléfono a su mujer para comentarle que las luces del arbolito no titilan, que va a ir comprar unas, y que si quiere le agrega algo más, unas guirnaldas, o cintas, ella le dice que queda todo a su criterio. Agarra la billetera y las llaves, y cuando está por salir suena el teléfono. Rápido se vuelve y atiende, no sea que lo llamen del comité provincial, o algún cliente ansioso de contratar un ingeniero con chapa. De Salta, General Mosconi, que si quiere ir a conocer al gallo Cleto que pone huevos, es para una publicidad de agroquímicos que llevarían su nombre. Agradece el llamado, que por ahora no. En la casa de artículos importados elige unas luces que vienen con música pero a las que se les puede silenciar la melodía, mira las cintas decorativas, los distintos motivos de bolas para colgar, los gorros y botas de Papá Noel, las campanitas, los muérdagos, los ángeles de alambre, y se queda viendo una estrella fugaz que cuelga de un pesebre de yeso. Decide que es momento de irse. Antes de llegar a la casa pasa por una granja y se lleva un kilo de milanesas de pollo, en la caja le preguntan si se enteró del gallo que pone huevos, y él asiente con algo de cansancio. Mientras frita las milanesas pone el noticiero, ya son las dos de la tarde y tampoco lo mencionan. Hace un poco de zapping y se queda en TCM, justo arranca Bonanza, siempre quiso ser como el pintón de Michael Landon. Se tira al sillón y apoya la cabeza a un costado. A Hoss y a Joe los meten en cana porque son confundidos con unos pistoleros. Ya sin tantos tiros, el diálogo en la cárcel se torna aburrido y a Julio César le entra la modorra, cabecea, y otra vez aparecen los papeles picados y las serpentinas de colores.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Thudor Pópovich desde Venezuela


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Tomamos contacto con nuestro corresponsal en el extranjero, Thudor Popovich, que está en Venezuela en la CELAC junto a Raúl Castro rememorando el desembarco en el Granma, y se acuerda de aquellas jornadas en que siendo periodista deportivo le llevó comida de cosmonauta soviético a los 88.

Bengala Negra y la modernización del estado porteño


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Hablamos con Bengala Negra, ministro de Aire Comprimido de la Ciudad, que nos adelanta el plan de PRO para modernizar el estado porteño, con la profundización del modelo macrista que supone menos subtes, menos bicisendas, y menos Bafici. Después habla del fin de la tercerización de la represión a los docentes.

Roberto Johnson and Johnson se ligó algo en la CELAC


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Después de ver qué hacemos con las palomas que invaden la capital, nos comunicamos con Roberto Johnson and Johnson, que consiguió un nuevo currito como secretario en la CELAC. Y resulta que ahora se sienta a upa de Hugo Chávez, y le revisa los pelos a Evo Morrales.

Dario Aranda y la visita de James Anaya


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Hablamos con Darío Aranda que nos cuenta sobre la visita a la Argentina del relator de la ONU para el tema indígena, James Anaya, que estuvo relevando la situación de derechos humanos de los pueblos indígenas, y para quien a nivel latinoamericano particularmente la principal amenaza para estos pueblos son las industrias extractivas.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Presentación de "2001" en la Biblioteca Nacional


Con la presencia de Horacio González (director de la Biblioteca Nacional), Alejandro Kaufman (crítico cultural y ensayista), María Esperanza Casullo (Doctora en Ciencia Política y editora de artepolitica.com) y Verónica Gago (periodista e integrante del Colectivo Situaciones) el lunes 5 de diciembre, a las 19, se presentará el libro 2001. Relatos de la crisis que cambió la Argentina, de Manuel Barrientos y Walter Isaía, en la Sala Juan L. Ortiz de la Biblioteca Nacional (Aguero 2502). La actividad comenzará de manera puntual.

Publicado por la Editora Patria Grande, este libro es una aproximación a las interpretaciones, análisis, debates y vivencias sobre el estallido, el acontecimiento-paradigma de los días 19 y 20 de diciembre de ese período fundante en la vida política argentina del s. XXI. A través de cuatro cuerpos de entrevistas, se tejen las historias personales y colectivas de los actores sociales y políticos que tuvieron un papel central en aquellas jornadas. Son voces del campo popular, que recuerdan los momentos previos a la emergencia de la crisis, analizan la intensidad de aquellos días y reflexionan sobre las marcas que dejaron en la vida política, económica y social de la Argentina.

Cuenta con testimonios y reflexiones de Eduardo “Wado” de Pedro (referente de La Cámpora y candidato a diputado nacional por el FPV); el historiador Ezequiel Adamovsky; Luciano Schilaci (secretario gremial de SIMECA); la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini; el sociólogo y ensayista Horacio González (director de la Biblioteca Nacional); el ex diputado nacional Mario Cafiero; la doctora en Ciencia Política María Esperanza Casullo; el economista Daniel Azpiazu (recientemente fallecido); el dirigente sindical Víctor De Gennaro (candidato a diputado nacional del FAP); el sociólogo Christian Castillo (candidato a vicepresidente del Frente de Izquierda); Alberto Spagnolo y Neka Jara (ex integrantes del MTD Solano); el ex diputado nacional Luis Zamora; la abogada María del Carmen Verdú (CORREPI); el dirigente de la FTV, Luis D’Elía; los comunicadores Ximena Tordini y Gastón Montells (ex miembros de FM La Tribu); Cristian Mellado (FASINPAT -Zanón); la periodista Claudia Acuña (La Vaca); el investigador y ensayista uruguayo Raúl Zibechi; y el Colectivo Situaciones.