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sábado, 25 de mayo de 2013

Lula tocó en Argentina e hizo estallar miles de vesículas sindicalistas

Por Horacio Dall'Oglio





El trío más mentado del nuevo rock brasilero, integrado por Lula Da Silva en guitarra, voz y torno paralelo,  Enio Cordeiro en bajo y cancillería, e Igor Cavalera en batería amazónica, llegó a la Argentina, a unos días de conmemorarse los diez años de kirchnerismo, con un espectáculo renovadísimo que hizo explotar las vesículas inflamadas de sindicalistas, destapó uretras y arterias de políticos, y volvió a su lugar millares de hemorroides de industriales argentinos.

Vestido con su clásico atuendo de traje, camisa, corbata y calzoncillos slip verde amarela, Lula se movío por el escenario del Malvinas Argentinas de Florencio Varela con toda la ductilidad de un showman, haciendo enardecer con el mismo furor a los industriales y empresarios de la platea, que al terminar el espectáculo arrancaron todas las butacas con los dientes de la excitación que tenían; como a los sindicalistas que agitaron el campo durante toda la noche, por iniciativa de Antonio Caló y su banda de metalúrgicos desbocados,  al grito de “Mama yo quiero oh oh,  mamá yo quiero oh oh, mamá yo quiero mamá, que gane Lula oh, que gane Lula oh oh, que gane Lula que todo el año es carnaval…”.

Entre el público presente, que hizo su propio show bajo el escenario, se contó a Hugo Yasky, al que se pudo ver arrancarse los pelos de la barba cuando el líder brasilero tocó la canción Ampliar y multiplicar es la tarea; como también a Victor Santa María, titular de sindicato de encargados de edificios,  hacer el baile de la manguera en la canción Justicia social; y a los mismísimos Victor De Genaro y Daniel Filmus frotándose las pelvis mutuamente con la samba  De la integración regional. Aunque la nota se la llevó una vez más Omar Viviani, utilizando la misma estrategia de marketing que llevó a la asunción del Papa Francisco para ver si podía colocar alguna de sus flotas de “tachos” en el Vaticano, que hizo pasear por todo el campo un taxi inflable, con la banderita de Radio 10 incluida, que los fanáticos de Lula golpeaban de un lado a otro; mientras los trabajadores de la UOCRA, dirigidos por Gerardo Martínez, hacían una ronda donde se mezclaba el tradicional pogo con el ladrillazo a la cabeza y el tiro al pecho con balines de aire comprimido.

Pero el éxtasis total llegó cuando el garoto, en medio de los bises, apenas empezaban los primeros acordes de su hit Hacé política, hizo estallar los cañones lanza papelitos y serpentinas de colores, tan de moda ahora en cumpleaños de quince y casamientos, ubicados estratégicamente al frente del escenario, de donde salieron volando por los aires millones de tarjetas de Plan Bolsa Familia que los asistentes se apuraron a agarrar como si el mismísimo John Bonham resucitado se hubiese puesto a regalar los palillos de su batería, llegando a provocar heridas en más de un sindicalista presente como fue el caso del intendente del partido de Quilmes e histórico tornero del sur, el “Barba” Gutierrez, que debió ser hospitalizado de urgencia a causa de un desnucamiento temporario cuando se disponía a tomar del piso una tarjeta del programa social más extendido de Brasil.