Por Horacio Dall'oglio
El
jefecito de gobierno porteño, el Papu Macri, que se encuentra por estas horas
con varios frentes de batalla abiertos, está barajando fuertemente la posibilidad
de desarrollar la producción autónoma de combustibles de forma tal que pueda
matar tres pájaros de un tiro; lograr la independencia energética de Buenos
Aires para que se terminen los cortes de electricidad que afectan a los vecinos;
financiar el subterráneo con fondos de los combustibles netamente porteños; y encontrar
un lugar donde tirar toda la basura que produce la ciudad por día, ahora que su
compinche del balón pie, el goberdadorsísimo Daniel Scioli, decidió levantar el
perfil y salió a morderle los tobillos con una carta al alcalde para que deje de
empernarlo, tal cual muestra la foto, con el tema de la basura.
Para
eso, los cerebros incansables del P.R.O., comandados por el ministro de Espacio
Aéreo y Terrestre, el licenciado/da Bengala Negra, ya analizan convertir el
Parque Sarmiento en un gran relleno sanitario donde descargar toda la basura de
la ciudad, que a la vez serviría para producir gas, “como hacen los chinos”,
explica un alfil mao-guevarista de Bengala Negra con una remera amarilla donde
se ve el esténcil del “Che Macri”. “De esta manera no haría falta mendigar al
gobierno nacional ni a la OFEPHi para que podamos subir el precio del combustible en la
ciudad, que a su vez permita financiar el subterráneo”, finalizó el alfil mao-guevarista
de Bengala Negra, mientras se pintaba la panza con temperas al agua y la
leyenda “Macri es Revolución”.
Por
otra parte, los mismos cerebros gelatinosos del P.R.O. ven con agrado en la
figura espigada de Rolando Schiavi, “el terror de las canilleras”, la clave para
sacar a flote al gobierno porteño. Para ello ya planean hacerle una oferta
jugosa al defensor xeneise para que desista de ser ayudante de campo de Martín
Palermo en Godoy Cruz, cuando se retire. “La idea es la siguiente”, explica
otra célula revolucionaria del macrismo. “Le hacemos creer al Flaco Schiavi que
en el centro de la tierra en vez de haber un núcleo, como dicen los físicos
sabelotodos amigos de Paenzópolis, hay una tibia y un peroné gigante. Entonces,
envalentonado por semejante desafío, el flaco Schiavi se pondría sus botines-taladro
con tapones intercambiables que actuarían como mechas para concreto, y haría un
túnel gigantesco de donde obtendríamos la energía necesaria para
autoabastecernos. Después eso, una vez que llegue al supueso núcleo le tiramos con un
container de piernas ortopédicas así encuentra el camino de vuelta a su casa,
cual Hansel recogiendo miguitas de pan. Una vez que tenemos la energía necesaria
para olvidarnos de Edesur y Edenor, armamos una planta que procese toda esa
energía, donde Schiavi sería el gerente, y la convierta en combustible para los
autos que transitan por Buenos Aires, y eso mismo también nos permitiría tener un
ingreso extra con qué financiar el subterráneo. Con el túnel que quede
tiraríamos toda la basura que generamos y también nos olvidamos de andar
rogándole a Scioli que nos deje contaminar un poquito más el conurbano. Parafraseando
a nuestro camarada Horacito Rodriguez Larreta, le vamos a romper el culo al
Mago Galluccio de YPF, ya vas a ver”, dijo
otro delfín del macriguevarismo, probándose una boina negra frente al espejo de
un bar en Palermo, y con un habano de chocolate en la boca.