El hombre dedos de púa
Antihéroe máximo del rock nacional, Esteban Raimundo Fender nació en la provincia de Córdoba en 1951. Era el primer y único hijo de la improbable unión entre la panadera anarquista Vida Libertaria Lizcano y el ingeniero aeronáutico de origen alemán Lothar Fender. Su nombre era un homenaje al pensador libertario Stephen Pearl Andrews y al músico Raimundo Streiif, quien compuso la primera parte de “La marcha peronista”.
Diez meses antes del nacimiento de su hijo, Lothar había sufrido un accidente radioactivo en el Instituto Aeronáutico de Córdoba, mientras lideraba la fabricación de un nuevo prototipo del avión a reacción justicialista Pulqui III. Las vecinas del barrio dijeron que la esposa de Fender intervino en el sabotaje con bombas de crema que provocó el siniestro.
Con la caída del gobierno peronista, la familia Fender debió trasladarse al barrio de Villa Real en Capital Federal. En sus primeros años, el niño Esteban Raimundo vivió una infancia feliz, triunfando siempre en las carreras con sus amigos gracias a los desarrollados kartings a bolilleros que le construía su padre.
La adolescencia, en cambio, fue muy dolorosa. Primero lo cargaban por su acento cordobés.
Todo fue peor cuando se le comenzó a manifestar una extraña malformación genética en las extremidades de sus dedos.
En vez de uñas, le nacían una suerte de objetos triangulares y firmes.
Pese a la meticulosidad con que su madre le cortaba día a día las uñas no pudo evitar el escándalo. Lo echaron del colegio, ya que hacía explotar todas las plumas estilográficas con sus misteriosas uñas. Y no le permitían utilizar bolígrafos. Sus propios amigos lo fueron aislando. Ya no querían jugar al fútbol con Esteban, porque reventaba los balones cada vez que iba al arco.
Se terminó encerrando en su casa. Sólo su amigo Alejandro del Prado lo visitaba. En el verano de 1968, le acercó un simple de un encendido guitarrista norteamericano: Jimmy Hendrix. Cuando escuchó “Purple Haze” y “The Wind Cries Mary”, la vida de Esteban cambió para siempre.
Se compró una guitarra eléctrica y tocó como loco. Aprendió rapidísimo y tocó con todos: Spinetta, Manal, Pappo, Nebbia, Moris. La potencia de sus rasguidos contrastaba con su personalidad retraída. Todos se terminaron alarmando por la violencia de sus interpretaciones. Cuando los propios músicos porteños comenzaban a apartarlo, un joven David Lebón le pasó sus contactos en Estados Unidos.
En 1969 se radicó en Los Ángeles. Pronto se convirtió en uno de los guitarristas más importantes del mundo. Se dice que tocó en Woodstock, pero no hay registros de su presentación. Se dice que luego de escucharlo Hendrix decidió suicidarse.
Aclamado por la crítica y el público, Stevie Ray Fender quiso aprovechar el fanatismo que generaba entre las minitas. Fue el principio del fin. En marzo de 1970 aparecieron siete jóvenes muertas en la habitación de un hotel neoyorquino. El día anterior, Stevie Ray había tocado en el Madison Square Garden. Tenían extrañas heridas en sus espaldas, arañazos de acero que las habían llevado a morir desangradas.
La administración Nixon tenía que tapar Vietman y pronto cayó sobre el guitarrista. John Lennon y Yoko Ono organizaron un recital ante la persecución policial. Desde el 17 de marzo de 1970 no se tuvieron más pistas del paradero de Esteban Raimundo Fender. Se dice que Stevie Ray Vaughan tomó ese nombre en homenaje al eximio guitarrista cordobés.
Antihéroe máximo del rock nacional, Esteban Raimundo Fender nació en la provincia de Córdoba en 1951. Era el primer y único hijo de la improbable unión entre la panadera anarquista Vida Libertaria Lizcano y el ingeniero aeronáutico de origen alemán Lothar Fender. Su nombre era un homenaje al pensador libertario Stephen Pearl Andrews y al músico Raimundo Streiif, quien compuso la primera parte de “La marcha peronista”.
Diez meses antes del nacimiento de su hijo, Lothar había sufrido un accidente radioactivo en el Instituto Aeronáutico de Córdoba, mientras lideraba la fabricación de un nuevo prototipo del avión a reacción justicialista Pulqui III. Las vecinas del barrio dijeron que la esposa de Fender intervino en el sabotaje con bombas de crema que provocó el siniestro.
Con la caída del gobierno peronista, la familia Fender debió trasladarse al barrio de Villa Real en Capital Federal. En sus primeros años, el niño Esteban Raimundo vivió una infancia feliz, triunfando siempre en las carreras con sus amigos gracias a los desarrollados kartings a bolilleros que le construía su padre.
La adolescencia, en cambio, fue muy dolorosa. Primero lo cargaban por su acento cordobés.
Todo fue peor cuando se le comenzó a manifestar una extraña malformación genética en las extremidades de sus dedos.
En vez de uñas, le nacían una suerte de objetos triangulares y firmes.
Pese a la meticulosidad con que su madre le cortaba día a día las uñas no pudo evitar el escándalo. Lo echaron del colegio, ya que hacía explotar todas las plumas estilográficas con sus misteriosas uñas. Y no le permitían utilizar bolígrafos. Sus propios amigos lo fueron aislando. Ya no querían jugar al fútbol con Esteban, porque reventaba los balones cada vez que iba al arco.
Se terminó encerrando en su casa. Sólo su amigo Alejandro del Prado lo visitaba. En el verano de 1968, le acercó un simple de un encendido guitarrista norteamericano: Jimmy Hendrix. Cuando escuchó “Purple Haze” y “The Wind Cries Mary”, la vida de Esteban cambió para siempre.
Se compró una guitarra eléctrica y tocó como loco. Aprendió rapidísimo y tocó con todos: Spinetta, Manal, Pappo, Nebbia, Moris. La potencia de sus rasguidos contrastaba con su personalidad retraída. Todos se terminaron alarmando por la violencia de sus interpretaciones. Cuando los propios músicos porteños comenzaban a apartarlo, un joven David Lebón le pasó sus contactos en Estados Unidos.
En 1969 se radicó en Los Ángeles. Pronto se convirtió en uno de los guitarristas más importantes del mundo. Se dice que tocó en Woodstock, pero no hay registros de su presentación. Se dice que luego de escucharlo Hendrix decidió suicidarse.
Aclamado por la crítica y el público, Stevie Ray Fender quiso aprovechar el fanatismo que generaba entre las minitas. Fue el principio del fin. En marzo de 1970 aparecieron siete jóvenes muertas en la habitación de un hotel neoyorquino. El día anterior, Stevie Ray había tocado en el Madison Square Garden. Tenían extrañas heridas en sus espaldas, arañazos de acero que las habían llevado a morir desangradas.
La administración Nixon tenía que tapar Vietman y pronto cayó sobre el guitarrista. John Lennon y Yoko Ono organizaron un recital ante la persecución policial. Desde el 17 de marzo de 1970 no se tuvieron más pistas del paradero de Esteban Raimundo Fender. Se dice que Stevie Ray Vaughan tomó ese nombre en homenaje al eximio guitarrista cordobés.
Cuarenta años después, el monstruo del rock parece que volvió a tocar.
7 comentarios:
rrrrrrrooooooooooaaaaaaaaaaaaaccccccccccccccccccccckkkkkkkkkkkkkkk
mas rrrrrrooooooooooooooooaaaaaaaaaaaaaaacccccccccccccckkkkkkkkjjjjjjjjj loco
groso de la vida Raimundo
viva calpton
Y qué hay del viaje de Giiiiildaa y el burrito cordobés? saben si Dedos incurcionó en otros géneros antes de arreneter con un grande del Pop?
QUIERO APRENDER GUITARRA. NO HAY TOCO Y CANTOS DE DEDOS?
para cuadno un documental en ENCUENTRO antes que lo cierren, por favor
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