El ministro plenipotenciario de Trabajo Carlos Tomada se morfó un alfajor Dieguito Maradona que le había quedado en la heladera desde 1988 -poco antes de asumir al frente de su cartera- y salió a hacer declaraciones a lo loco, con una locuacidad que se le desconocía en estos seis años como funcionario nacional.
"Los boludos son como las hormigas, están en todo el mundo; pero a los economistas parasitarios que buscan instalar escenarios apocalípticos habría que taparles la boca con la única longaniza que el Ogro Fabbiani dejó sin comer en Tandil", principió el ministro. Ante el silencio estupefacto de los cronistas que lo rodeaban y que por única vez no tenían una pregunta pelotuda a mano, el titular de la cartera laboral siguió con su arremetida: "No sé de dónde carajo sacan que la crisis internacional iba a generar una diarrea de despidos en la Argentina, esta vez se les escapó la tortuga a los muñecos de torta como Prat Gay. Un sólo ejemplo demuestra que el nivel de ocupación se mantiene a tasas puntanas: a Miguelito Russo lo rajaron de San Lorenzo, y al día siguiente ya estaba al frente de Central. Así que mejor que cierren el ojete".
Con los ojos hinchados en sangre, concluyó: "Menos mal que le regalamos el dengue, sino no sé de qué hablarían estos izquierdistas del Jockey Club".
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