Un verdadero monopolio del caos y el descontrol vivirá la ciudad de Buenos Aires en pocos minutos más. Usted ve ahora, sí, sí, ahora, por los canales de televisión, una tarde mansa y tranquila, hasta aburrida y achatada por las altas temperaturas. Es cierto que dicen que se trata de “otro viernes caótico en las salidas de la Capital Federal”, pero podríamos convenir que es casi un videograph de rutina, con algunas imágenes de archivo. El único que realmente está recaliente en el microcentro porteño es el tipo que vende paraguas en la esquina de Bartolomé Mitre y San Martín. “La reputísima madre que lo parió, me cago en el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional. Le tendría que haber hecho caso a la jabru y en vez de estos paraguas de mierda haber traído las botellitas de agua mineral”, se dice a sí mismo. Mientras observa que, efectivamente, no pudo vender ni uno. Son las 18.07 y un grupo de empleados del gobierno de Macri decide irse un par de horas antes de la oficina, aprovechando que no pasa naranja, y encaran hacia un alter hour de algún barcito de Puerto Madero. El calor los paraliza en el medio de la Plaza de Mayo, así que paran a descansar un rato debajo de unas palmeras. Se quitan sus sacos, las corbatas y las camisas. Casi todos quedan en remera o en cuero. A las 18.08 el Fino Palacios y Chamorrito vuelven juntos del baño y ven en sus monitores al grupo de diez, doce personas sobre la Plaza. “Papá, esto es una belleza, hay que poner en marcha ya a los chicos de la Metropolitana, que tienen que entrenar”, dice el Fino. Chamorro acuerda, ven que TN, Crónica y C5N están preocupados por el pulmón de Sandro, lo llaman a Eugenito Burzaco y le pegan un telefonazo a Abel Posse para que espíe desde el balcón. “Son poquitos los que están acampando, les damos masa un rato y listo, es sólo para sacarse las ganas”, les explican. A las 18.13 el escuadrón de la Metro ya está sobre la Plaza con sus machetes y las balas de goma. Los pibes del gobierno macrista no entienden nada. “Pará, bolú, que hacés, tas loco, esto es re out”, gritan, muestran sus corbatas, sus prendedores con la cara de Larreta y corren. Ante la falta de experiencia en las movilizaciones, chocan entre sí y funden sus huesitos. Los oficialitos de la Metro están chochos con su primera exhibición, hasta que ven que por Avenida de Mayo está llegando una bocha de gente de la movilización contra Posse. “Uy, rájense a la mierda, nos olvidamos de estos pelotudos”, les ordena el Fino por el Nextel. Los oficialitos corren por San Martín en dirección a Mitre. El vendedor de paraguas los observa en su loca carrera, se le salta la térmica porque sí, se refugia detrás del kiosco de diarios y comienza a tirarles sus paraguazos como jabalinas. Caen dos, tres, cuatro, ocho. Sólo uno logra pasar la línea de la calle Mitre y el vendedor sale detrás del kiosco y lo ensarta a la altura del estómago. Ve que sus manos están llenas de sangre, pero pronto se empiezan a lavar. Mira hacia arriba, en el único ángulo que se ve el cielo. Está todo negro. Se larga a llover a cántaros. “La concha de la lora, ahora los podría vender”, dice.
10 comentarios:
Esto es un kilombo. Macri salga a matar ya
ay donde queda la calle Corrientes?
putos les paga el gobierno para hcer quilombo en el tráfico
vamos a sacar en cualquier momento una línea de helicopteros de pasajeros para gente paqueta obvio.
que nota de mierda
hola Marito. Estas cada vez mas parecido a Ever Ludueña, jaja
qè bueno qe volbiò esta porquerìa del radar de transito
que vuelva ernesto arriaga, que lo hace mucho mejor, salames
sì, por qué no lo ponen a ernesto arriaga y se dejan de joder
cuánta sangre que corre en este blog. tienen algún curro con algún banco hemofílico
Publicar un comentario