Pese a lo extensamente difundido del encuentro sorpresivo
del premier británico con la presi, en la reunionseta del G-20, en ningún caso
se consignó el verdadero reclamo del cachetudo de Cameron. Sin embargo altísimas fuentes del bilaterismo
mundial aseguran que el mandatario inglés se quejó por la canilla rota del
árbitro al que Galbandian le aplico su patada rabiosa, al mejor estilo Roberto
Trota, y que esto solo muestra la “actitud colonialista del unquillense, que no
se somete al referéndum de los jueces británicos”, indicó la misma
fuente mientras le ponía una curita con dibujitos de Mickey al llorón del
arbitro.
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