Horas dificiles son las que les toca
vivir a las palomas que fueron apresadas en la localidad conurbanense
de Lomas de Zamora, en medio de un operativo anti-narcotráfico, tras
encontrarles estupefacientes colgados de su cuello, por lo que fueron
enjauladas en la comisaría local y se les estaría negando el agua
que pidieron en una latita de picadillo vacía, supuestamente con el
fin de “hacerlas cantar”.
“Nosotras no laburamos para los
dealers que metieron en cana. En realidad, vinimos hasta Lomas de
Zamora porque a nuestro dueño, Alejandro Rolinga, no le gusta el
paraguayo que le venden en la Capital”, dijo la paloma 1 a un notero de C5N mientras
miraba frenéticamente hacia los costados, como perseguida. “Además, no estamos cometiendo ningún delito. Eran
doce gramos para consumo personal, nada más”, dijo la paloma 2,
indignada, sacando su pico entre las barras de la jaula queriendo
picar a dicho notero.
A su vez, el ministro bonaerense de
Seguridad, Ricardo Casal, habría desmentido rotundamente que las
palomas hayan sido puestas bajo un reflector, picos para arriba, con
las alas abiertas sostenidas por oficiales recién egresados de la
Vusetich, mientras las emplumadas drogonas tiraban pataditas al aire,
y habría asegurado que están esperando la respuesta de Kanibal
Fernandez, especialista en la materia, pero que es muy probable sean
liberadas en un acto conjunto de Cristina, Daniel y Martín, habría
dicho el ministro Casal a un productor de Rolando Graña.
Según pudo averiguar este blog, el tal
Aljandro Rollinga sería un paseador de palomas que trabaja en el
Parque Centenario, un colombófilo, (especialista, criador y
adiestrador de estas aves) que trabaja con los edificios cercanos al
Parque para que las amas de casa pudan colgar la ropa en la soga
tranquilas, llevándoselas a la mañana temprano y entregándolas a
sus casas entrada la noche.
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