Rubias, taradas, bronceadas, aburridas e indignadas las clases oligarchacagorilas aprovecharon el feriado de carnaval; del que están extremadamente en desacuerdo, y no les queda otra que cargar sus cuatriciclos, jetsky, motonetas, caminioetas, y ezpeletas; para echar rienda suelta a la imaginación; y entre sushi y sushi en las playas del norte de Pinamar nació la idea de la manifestación.
Vieron que eran miles, que ya no los representaba nadie, como idea libertaria echaron a rodar sus vehículos de mil ruedas y entre ola y medano vieron que los gazebos daban una idea. Eran como mástiles, como emblemas, como sintesis de su cultura. Guardaban lo mas preciado,. EL sushi, los tragos, el cuatri, el snowboard, la tintura y la doble tracción al lado siempre atenta y vigilante. Entonces porque no una marcha de gacebos custodiada por 4x4. La locura corrió como discurso de Cristina. En cada rincón de la Playa pinamarense prendió la idea. Y por la noche ya estaba todo planeado una marcha de gazebos por toda la ciudad. Desde la Herradura hasta el mar desde "El Mas allá" hasta "Valeria del Mar" todos antiK.
Y marcharon los gazebos. Multicolor expresión de odio y color. Con sus mejores ropas y sacudiendo sus joyas simulando un llaverazo. Todos de shores nevados estilo década del ochenta clavados a la cintura y lentes espejados al estilo militar. Los ratis aplaudieron
el paso de los gazebos, también los pizzeros solo los cholceros miraron con cierto recelo. No por oficialistas sino por drogadictos. Desde los baclcones y los bares explotaba la musica electrónica acompañando la movida. Y así nació el nuevo protagonismo social que enterró definitivamente a la sucia, viciosa y fracasada cacerola. EL gazebo es bien, se escuchaba en los silencios en el sushi bar.
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