Libertad, libertad, libertad...

Oíd, mortales, el grito sagrado: Libertad, Libertad, Libertad. Oíd el ruido de rotas pelotas,ved en palcos a la noble igualdad. Se levanta a la faz de la bola una nueva y gloriosa televisación, coronada su sien de laureles, y a sus plantas rendido un teicespor.

De los nuevos campeones los rostros, Néstor mismo parece animar, la grandeza se anida en sus pechos: su marcha todo hacen temblar. Se conmueven del Ávila las tumbas, y en sus huesos revive el ardor, lo que va renovando a sus hijos, la Pelota del antiguo esplendor.
Pero populares y plateas se sienten retumbar con horrible fragor: todas las canchas se conturban por gritos de venganza, de guerra y furor. En los fieros Clarines la envidia escupió su pestífera hiel; su estandarte sangriento televisivo levantan provocando a la lid más cruel.
¿No los véis sobre Diego y Grondona arrojarse con saña tenaz y cuál lloran, bañados en sangre, River Plate, Huracán y Arsenal? ¿No los véis sobre el triste Barracas luto, llantos y muerte esparcir? ¿No los véis devorando cual fieras todo fútbol que logran rendir?
A vosotros se atreve, futboleros, el orgullo del vil Magnetto; vuestros campos ya pisa contando tantas glorias hollar vencedor. Mas los bravos, que unidos juraron su feliz proyecto popular sostener, a estos tigres sedientos de sangre fuertes pechos sabrán oponer.
Continuará.......