Otro fracaso del radicalismo
El interregno del presidente Julio Cobos deja un saldo negativo por doquier. Desde cualquier prisma que se lo mire, sobre cualquier aspecto que se quiera analizar, no hay dudas de que este breve Gobierno del radicalismo constituye un fracaso flagrante.
Este corto período con Cobos al poder representa un freno a las políticas redistributivas y desarrollistas puestas en marcha en mayo de 2003 por el ex presidente Néstor Kirchner y profundizadas desde diciembre de 2007 por la presidenta Cristina Fernández.
Las políticas de control de la inflación se han visto interrumpidas por medidas de corte antipopulistas que golpean en el bolsillo de nuestros compatriotas de forma inusitada. La lechuga aumentó en estos días 425%, la zanahoria un 400% y la papa subió el temerario indicador de 700%. Se sabe que estas cifras significan que más de 450.000 compatriotas han caído en la pobreza.
Los casos de inseguridad se han desbocado: un muerto en un asalto en un ciber, una familia tomada como rehén, un policía cayó víctima de los delincuentes, robos a mano armada por aquí y por allá. La educación se desbarató: una madre agredió a dos docentes en La Plata.
En el plano internacional, han recrudecido los conflictos entre Israel y Palestina, se agrava la invasión estadounidense en Irak -hoy un sangriento atentado provocó 70 nuevas víctimas-, Lionel Messi sufrió una nueva lesión en España y, claro, se ha visto una escalada bélica de características inéditas entre Ecuador y Colombia. Poco ha hecho el presidente Cobos para alterar el nudo de estas conflagraciones.
Es de esperar que desde mañana la presidenta Cristina Fernández vuelva a encarrilar a la Argentina sobre las huellas de la historia que su pueblo se merece.
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