Alguien tenía que decirlo

Esta vez no lo insinuó ni la Camporita, ni Cartita Abiertita, ni Moreno, ni Jauretche, ni tampoco el matrimonio de motormans del Proyectito Nacional y Popular. No, no, no, no, no, amigos. Sin eufemismos, ni sonrisitas socarronas a destiempo, un tipo dijo hoy a una agencia de noticias: "¿Qué pasa si vuelve a la Argentina la derecha fascista y racista?"
Revelador ¿verdad?, estupendo ¿no? Esto no fue una operación política del duhaldismo rancio, del radicalismo más rancio, del mauricismo aún más rancio ni del panchismo desbordadamente a propósito rancio. Tampoco fue una de las tantas pioladas de Liliana Felipe Sola.

Vino de lo más profundo de la selva sudamericana. Con olor a hoja de coca y sudor milenario. De esa maravillosa conjunción de líder sindical, futbolista de ocasión, manifestante, cabeza de organización social, aymara y quechua a la vez. Sí, un pibe bárbaro que participó en 40 mil marchas, que lo cagaron gaseando y apaleando, que anduvo en la guerra del agua y del gas, que lideró la coalición de organizaciones sociales, sindicales y partidos políticos que volteó un gobierno.

Que después se hizo presidente, anduvo nacionalizando algunas cositas, armando constitucioncitas plurinacionales. Que dejó a varios afuera es cierto, pero que le andan planeando un golpe todos los días y vive casi en patas. Ese pibe, que a los intelectuales progres definitivamente no les gusta, seamos claros chicos. Ese pibe, que algunos lo llevarían a una cena y la mayoría que habla de él, claramente no, claramente no. Ese pibe dijo:"¿Qué pasa si vuelve a la Argentina la derecha fascista y racista?".

Parece un líder progresista europeo que tiene todo controlado y se preocupa por sus vecinos en problemas. Ja. ¿Y a este indio que le importa?, ya pero ya estarán diciendo Magdalena y/o Mirta, que es almuerzo más, almuerzo menos, lo mismo.