El romance del año

Se cruzaron en una confitería de la Avenida Santa Fe y Uruguay. Ella salía de tomar un té de las cinco con un par de amigas cívicas. Él ingresaba para cafetear con un grupo de fanáticos de 6, 7, 8.
Sin escándalos, se mascullaron por lo bajo:
-Decís que soy Casandra, que hago futurologia negra, pero vas a terminar en la hoguera junto con todos los kirchneristas cuando la Argentina tenga su parto y genere una nueva nación.
-Golpista, destituyente, antipopular ¿dónde está la que marchaba con Farinello y la Monja Pelloni?
Las duras palabras, sin embargo, se fusionaron con miradas seductoras. Sus corazones latían con fuerza, la presión alta se les fue como a 18/12.
Ninguno pudo olvidar aquel cruce en el bar.
Un par de semanas más tarde, él estaba escribiendo su columna para el programa de la López Foresi, pero no podía avanzar. La buscó en el MSN. Ella le dictaba a su vocero Matías una carta a una embajada pidiendo que enviaran los portaviones para sacar la dictadura k. Cuando vio que se abría la ventanita del chat, le pidió a Matías que le haga un cafecito. Se sentó a la compu y leyó el mensaje. “Aún guardo los suplementos con tu investigación sobre el lavado que publicó Página”, le decía él. “Yo tengo los recortes de todas tus columnas “Puerto libre” que publicabas en Enfoques de La Nación”, le escribió ella. “¿Qué nos pasó? Ja Ja Ja”, dijo él. “Ja, ja, ja”, anotó ella. “Cdo nos vemos?”, escribió él. Ella cerró el chat. Matías llegaba con el café batido.

(continuará..)