Scorsese filmaría en Buenos Aires la segunda parte de Los Infiltrados

Martin Scorsese no para de leer los diarios argentinos por Internet y ya está viendo a quién le tiene que pedir los derechos de la historia. El director de Taxi Driver y Toro Salvaje quiere filmar la segunda parte de Los Infiltrados en Buenos Aires.
Leonardo Di Caprio y Matt Damon se disputan el rol de Amado Vudú. Jeff Bridges se tiñó la barba para interpretar a Claudio Lozano. Jack Nicholson se dejó las mechas blancas y largas para hacer de Pineta Solainas. Y Joe Pesci se autopostuló para hacer del Gordo Larosa.
El director está retocando un poco el guión para hacerlo más creíble. Y entendible.
El Gordo Larosa es un triple agente que trabaja para el Gobierno, la CTA y la consultora de Miguel Ángel Broda y Carlitos Melconián.
En un bar de San Telmo, recibe la orden de Melconián de averiguar el índice de precios al consumidor posta, el que tiene el Muñeco Vudú en su despacho, para saber cómo les va a ir a los bonos ajustables por CER.
Se infiltra con una careta de Roberto Feletti en los pasillos del Ministerio de Economía y logra introducirse en la oficina de Vudú. Rompe la cerradura de un armario y se encuentra con una torta de guita impresionante. Son las reservas que le dejó Mercedes Marcó del Point para que se desendeude del Club de París.
Se tienta. Lo llama al Barba Zolano. “Agarrá la guita, traéla y extendemos las asignaciones familiares para los hijos de hasta 33 años”, le ordena el Barba. El Gordo agarra las bolsas de free shop que había dejado Vudú de su último viaje a Europa y empieza a llenarlas. No sabe que Pineta Solainas dejó instaladas unas cámaras ocultas para su próximo documental.
En eso llega el ministro con dos pibas de la revista del senador Eugenio Artaza y otras tres movileras de televisión. El Gordo se mete debajo de la mesa. Ahí se encuentra con el Guille Moreno, a quien había mandado Kirchner para que espiara lo que hace el Muñeco Vudú por si las moscas.
La escena se precipita.
Se escucha la voz de Cristina (interpretada por Liliana López Foresi) que llega al Ministerio de Economía para decirle a Vudú que tal vez estaría bueno implementar “Turismo Carretera para todos” y repartir televisores digitales en todo el segundo cordón del conurbano. Vudú se aterroriza y se mete con las cinco chicas debajo de la mesa. Cristina no ve a nadie y se va puteando. Piensa que debería reemplazar a Vudú por Daniel Carbonetto. Debajo de la mesa, chicas con chicos, ministros con vedettes, secretarios con agentes de la CTA, chicas con secretarios, chicos con agentes, agentes con ministros, secretarios con vedettes y vedettes con vedettes.
Dos días más tarde, Pineta Solainas se dispone a mirar las grabaciones. Pero los cassettes no están.
Los robó el ex Gordo X. Con los cassettes en mano, extorsiona a Omar Larrosa, el gran futbolista de la Selección Argentina del 78 y actual ayudante de campo del Tito Pompei en la primera división de Boca Juniors. Artemiopólis amenaza con divulgar las cintas que comprometen a su primo el Gordo Larosa, si no le promete que Riquelme y Palermo siguen de titulares en Boca hasta el Clausura 2011.
Scorsese deja de leer el guión. La trama todavía le parece complicada.
Fin.