Por la crisis, podrían abrir la importación de líderes de derecha

Ante la fuerte escasez de paladines de derecha pura y dura, el Gobierno cristikirchnerista estaría evaluando la posibilidad de habilitar la importación de reaccionarios, fachos, nazis, conservadores y golpistas internacionales. Al parecer, ojo, al parecer, la motorman mayor del proyecto nacional y popular le habría ordenado a Guillote Moreno que permita el arribo de lanchones con garcas arriba.
“Es tremendo lo que está pasando, ahora son todos progresistas y de centroizquierda. Esto no se banca más. Al final los únicos con pasado facho parece que somos nosotros”, sostuvo el Jefe de Bigotones de Ministros, Kanibal Fernández, al tiempo que tiraba un balde de liquid paper sobre su curriculum y le hincaba el diente a unos riñoncitos.
Mientras se comía con un poco de ketchup y lechuga su título de egresado del CEMA, el economista Armando Vudú aclaró: “Pero vos fijate, Herr Ricota Biolkatten no para de derramar lágrimas pidiendo por los pobres. Julio Cobos se define como progresista de centroizquierda, el Cabezón dice que es narcoperonista de centro y Francisco de Narváez dice que es colomboprogresista”.
Escondiendo un VHS de la época que era panelista de Mariano Grondonia debajo de una ristra de chinchulines, el canciller Héctor Timberland explicó: “tenemos que traer tipos de afuera urgente. En el medio de lo de Bosnia, arreglé con el Pepe Mujica para que nos mandé a Luis Pepe O Lacalle y a Jorgito Battle. El tema es que acá el único que se reivindica de derecha es el Papu Macri, pero ahora está al horno con papas. Y Héctor Manganetto ya está viejo para hacer de Berlusconi argento”.
A su lado, el agricultor Julián Domínguez metía en una picadora de papeles una foto suya con Chiche Duhalde y le daba sin asco a una tripa gorda bien crocante: “A la izquierda nuestra solamente están la pared y la zurda loca. El problema es que estamos cada vez más amontonados. Hasta Cecilia Pando se encadena para pedir por los derechos de los presos. Carlitos Saúl nos da siempre quórum. Esto no se banca más”.
Cuando ya cerraba el restorán, Juan Manuel Abal Medina llegó y sacudió: “A mí no me rompan las pelotas, que soy el único y real montoniño desde la primera hora”.