Después de ultimar los detalles de su boda, de tomarse un pisco sauer con el huevón del Colorado Piñera, de sacarse la foto para la tapa de la revista Gente, de comerse un ojo de bife con ensalada verde en Pergamino, de presentar su plan agropecuario en Córdoba y de armarle la interna a Amado Amor en el Club Atlético Boca Juniors, el jefecito de Gobierno Mauri "Papu" Macri decidió hundirse de lleno en la gestión porteña. Manoteó su blackberry y convocó a una reunión de gabinete virtual a través de una teleconferencia desde un spa de Tandil.
Su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Lapreta, corrió a los codazos al resto de los ministros y secretarios y puso su frondosa cabellera frente a la camarita. "Vamos rebien así, Mauri, hay que darle para adelante, estamos a cien pasitos nada más de la Rosada", aseveró.
"Bien, bien, Horacito, ahora quiero que me vayan contando como estamos en las distintas áreas", dijo el mandamás porteño. Así fueron desfilando los ministros de Espacios Públicos, de Salud, de Cultura, de Desarrollo Urbano, de Hacienda.
Apurado porque empezaba el partido de David en el US Open, Mauri exigió mayor brevedad en los informes. "Bueno, que hable este chico Narodovsky sobre la educación", demandó el líder.
-No, eh, Mariano ya no está en la gestión, aunque sigue ligado a nosotros -explicó Lapreta.
-Estoy yo, Mauri -indicó Tebi Bullrich.
-Bueno, si estás vos, hablá vos. Si yo digo "educación", me contesta el titular del ministerio y listo. No le demos más vueltas -señaló Mauri, mientras buscaba ESPN+ con el control remoto.
-Tenemos problemas con algunas escuelitas tomadas... -comenzó el ministro.
-¡No!, ¡Pobre Claudito Marangoni! -se lamentó Macri.
Rodríguez Lapreta aclaró la situación: -No, el tema es con las escuelas públicas. Están llenas de infiltrados del pacochavismo, del motochorrismo, de los montoneros, del marxismo leninismo, del cristikirchnerismo, del seissieteochismo, de la Logia Lautaro, del maradonismo desbancado y hasta de extras de la última película de Eliseo Subiela. Acá tenemos que actuar fuerte, Mauri.
-Llamemos a San Ceferino Reato o al Tata Yofré, hace falta aprender de la historia, muchachos -propuso Marquitos De la Peña.
El Tata atendió el skype y chantó la justa: "Tienen que llamar a Marianito Grondona para que les escriba un comunicado, liberar al Fino de la cárcel de Marcos Paz, munirse de bastones y vos, Mauricio, te tenés que poner de vuelta los bigotes. No das muy Onganía así, boludo".
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