Benedicto recaliente

El gobernador del Estado Vaticano está recontracaliente con los argentinos. Y ayer estalló con sus declaraciones que hicieron la delicia del diario de Manganeto.
Según su amigo el Cacho Caselli, el titular del papamóvil está muy muy enojado porque dice que “en Buenos Aires no se puede cafetear tranquilo”.
Aparentemente el Siervo de los Siervos de Dios y ex integrante de las Juventudes Lideradas por Este Chico Hitler estuvo hace un par de meses en la capital argentina y se fue de café con el cardenal Jorge Bergoglio. “No pudimos estar más de un minuto seguido sin que aparezca un pibe que te monedee. A cada rato se nos acercaba un artesano, una piba que te ofertaba velas, otro que te ofrecía flores y hasta uno que vendía libros con sus poemas. No nos dieron tiempo ni para hablar por teléfono con nuestra amiga Gabi Machette y ni siquiera con Lila Downs de Carriol. Así que hasta que no me saquen a los pobres de La Biela no pienso volver más a Buenos Aires”, se despachó el Patriarca de Occidente mientras se comía el último alfajor Havanna de membrillo que le quedada de su última visita por estas tierras.