Torneo de Puteadores: Grupos C y D bajo la lupa

GRUPO C.
Hugo Chávez: El único presidente de la lista (por lo menos hasta ahora) llega desde los paisajes caribeños a conquistar el torneo de este trozo del sur latinoamericano. Gourmet del exabrupto, tiene entre sus frases más recordadas el “triste peón de los Estados Unidos” destinado al cuello de tortuga Alvarito Uribe; “es un pendejo, desde la P hasta la O”, contra Insulza; y la enorme “¡Váyanse al carajo, yanquis de mierda, que aquí hay un pueblo digno!”.
Lila Downs de Carriol: Apuesta a convertirse en la Maradona de la política nacional, en una carrera cabeza a cabeza con Kanibal Fernández. Mientras pide pacificación con un bidón de querosén en la mano y nos recuerda que “Cobos es un heredero de Borocotó” y que “lo mejor que le podía pasar a Cristina era quedarse viuda, sería divino, pero bueno… para que no muera nadie mejor sería un buen divorcio”, anticipa que si gana el torneo, será el primer parto que la desembocará en el sillón de Rivadavia.
Fantasma de Monseñor Quarracino: como River con Matías Almeyda, la Iglesia Católica también debió apelar a una de sus figuras de los años 90 y convocó al fantasma del ex arzobispo de Buenos Aires. El prelado exaltado salta de su tumba y nos recuerda que “a las lesbianas y los gay deberían encerrarlos en un ghetto”; que “los homosexuales son una sucia mancha en el rostro de la Nación”; y que “la homosexualidad es "una desviación de la naturaleza humana, como la bestialidad”. Con aire retro, grita: “Los integrantes de Guns N´ Roses necesitan un tratamiento psicológico muy serio y profundo”, y que Madonna “es blasfema y pornográfica”.
Horacio Pagani: con más de 150 años en el periodismo gráfico, le prendieron las luces de la tele, lo sentaron con Chiche y salió a gritar como un desaforado pidiendo un 4-3-3. Hay que ver si no llenan la canasta de goles con su apuesta tan ofensiva. “Que se vayan a la concha de la lora”, les responde a los agoreros.

GRUPO D.
Diego Maradona: el gran icono de la semántica argentina es el gran candidato a quedarse con el campeonato. Atento a la proximidad de la cita, el diez arrojó sus explosivas “que me la mamen”, “que me la sigan chupando” y “vos, Passman, la tenés adentro” que hoy compiten palmo a palmo con la cara del Che en la liga del remerismo internacional. Pero el seleccionador argentino tiene una historia llena de éxitos: “Al cartonero Baéz (por Macri) se le escapó la tortuga”; “Siempre dije que Chilavert es un buchonazo. Además de todo lo que nos pasa parece que además necesitamos es que un planta-mandioca nos venga a decir lo que tenemos que hacer”; “Bernasconi (el juez) es extremadamente rápido. Tiene la capacidad de colocarle un supositorio a una liebre corriendo”; “Ruggeri le toma la leche al gato”; “Blatter me quiere como un hijo… sí, como un hijo de puta”; y “Si a Duhalde lo veo en el desierto, le tiro una anchoa”.
Carlos Reutemann: apuesta todo a ser el segundo del grupo, así salva la ropa, no le rompen las pelotas y se vuelve rápido a alguno de sus cascos de estancia en Santa Fe. Entró al torneo gracias a su gran exabrupto reciente: “Si lo hicieron para bajarme de una supuesta candidatura, me importa recontra tres pitos. Que se la recontra metan en el medio del culo”.
Ricardo Iorio: una de las grandes apuestas del rock más nacional que popular. El ex líder de V8, Hermética y Almafuerte nos brinda estas gemas: “Jamás toque para esos pelotudos que van a seguirme”; “Me chupan la pija los fans y la concha de su madre. Porque cuando yo tuve hambre, ningún forro pelotudo culorroto que se puso una remera de V8 me vino a hablar a mí de guita”; “si robas con V8 sos un ladrón, si no lo hacés sos un hijo de puta que juega con los sentimientos de la concha de su madre”; “Mis ex compañeros me pueden chupar el choto y que se vayan a la concha puta de su madre”; “si vos sos judío no me vengas a cantar el Himno, la concha de tu madre”; y el exquisito “¡Soy como el hermano mogólico de Jorge Corona!”.
Hugo Guerrero Martinheitz: el crédito peruano, uno de los grandes locutores que pisaron este suelo patrio, viene, nos toca timbre y nos dice con su voz grave: “Yo me cago en el éxito. Me dieron un Martín Fierro, al mejor programador musical. Ayer lo tiré al incinerador”; y “El médico me dijo que no tengo porque dejar de coger; que si lo venía haciendo antes lo podía seguir haciendo. No escucho radio, no miro televisión. ¿Qué otra cosa me queda sino coger?”.