El gobierno que impulsa hacia el cielo las saetas de color azul y blanco que iluminan el aire y embanderan de bicentenario a la locomotora del proyecto nacional que tan tan, pero tan bien está llevando adelante Cristina y Néstor Fernández de Kirchner estarían, ojo, agarrénse bien de las silletas, estarían por fabricar un submarino a propulsión nuclear.
Rememorando y resignificando antiguas obras de arte del peronismo, como lo fueron el avión a chorro "Pulqui" o la locomotora argentina, o el sifón, o el vaso "Durax", ahora nuestra motorman nacional va por más y ya le ordenó a la ministra montoniña Nilda Garré que empiece ya, ya, ya a armar el primer submarino argentino a propulsión nuclear.
Las obras comenzarán como locos para poner en los mares argentinos y del mundo a lo que seguro se convertirá en la nave insignia del proyectito nacional y popular. Ahora también vendrá la hora de los nombres para bautizar al buque en cuestión.
La nómina ya empezó a rodar y es tan amplia como el ser nacional en toda su plenitud. Algunos sueñan con que el submarino se denomine Juan Domingo III , otros apuestan a "el loco Néstor", otros más osados quieren ponerle "El Alfonsinito I". Pero hay otros nombres posibles como "Hundan a Mirtha" o Almirante Fort. Aquellos nostálgicos acercaron el "Octubre Rojo", "Caballito en Llamas" o el infaltable "Agua Negra".
En cuanto a los usos que se le podría dar a la máquina no queda todavía, ojo, todavía no muy claro. Los zarpados quieren usarlo para introducir el paco en la ex Unión Sovietica. Otros quieren llenarlo de cantantes melódicos latinoamericanos y hacerlo pasear constantemente por el Ártico. Unos tarados ultrafanáticos quieren hacer una línea de viajes y de intercambio cultural con Bolivia. Y hay quienes quieren enganchar en ese viaje a la Mesa de Enganche y que Mirtha Legrand sea la cocinera. Y no pocos funcionarios piensan en una excelente herramienta a la hora de rajar.
Rememorando y resignificando antiguas obras de arte del peronismo, como lo fueron el avión a chorro "Pulqui" o la locomotora argentina, o el sifón, o el vaso "Durax", ahora nuestra motorman nacional va por más y ya le ordenó a la ministra montoniña Nilda Garré que empiece ya, ya, ya a armar el primer submarino argentino a propulsión nuclear.
Las obras comenzarán como locos para poner en los mares argentinos y del mundo a lo que seguro se convertirá en la nave insignia del proyectito nacional y popular. Ahora también vendrá la hora de los nombres para bautizar al buque en cuestión.
La nómina ya empezó a rodar y es tan amplia como el ser nacional en toda su plenitud. Algunos sueñan con que el submarino se denomine Juan Domingo III , otros apuestan a "el loco Néstor", otros más osados quieren ponerle "El Alfonsinito I". Pero hay otros nombres posibles como "Hundan a Mirtha" o Almirante Fort. Aquellos nostálgicos acercaron el "Octubre Rojo", "Caballito en Llamas" o el infaltable "Agua Negra".
En cuanto a los usos que se le podría dar a la máquina no queda todavía, ojo, todavía no muy claro. Los zarpados quieren usarlo para introducir el paco en la ex Unión Sovietica. Otros quieren llenarlo de cantantes melódicos latinoamericanos y hacerlo pasear constantemente por el Ártico. Unos tarados ultrafanáticos quieren hacer una línea de viajes y de intercambio cultural con Bolivia. Y hay quienes quieren enganchar en ese viaje a la Mesa de Enganche y que Mirtha Legrand sea la cocinera. Y no pocos funcionarios piensan en una excelente herramienta a la hora de rajar.
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