Fuentes inconfesables hicieron llegar a la redacción de Los Ludditas un comunicado escrito en letras de molde, donde Dieguito Maradona le pide a la motorman general de la Nación, en nombre de Estela Carlotto, que envíe urgente a alguien del gobierno en excelente estado físico para reemplazar al zaguero albiceleste Walter Samuel Jackson.
Otras fuentes irrefrenables coincidieron en que a su llegada al aeropuerto general de la República Estela Carlotto depositó la misiva en manos de un moto-paco-chorro-oficialista, que zarpó a la Regencia General de la Nación.
Desde allí fuentes que estallan por los costados vieron como la motorman armaba un prode del mundial con Kaníbal Fernández. Al ver el mensaje del moto-paco-chorro-oficial, la líder expresó: "ay, me venís justo para esto Caníbal".
“Mmm Tomada fuma como mono, no da para que lo mandemos. A mi me gusta Randazzo” dijo Cristina. “Sí, físicamente está bien pero no le está llegando la nasta al carburador”, sentenció O Kaníbal.
“Ay, qué ordinario que sos”, le arrojó la motorman. “Exacto, como papel de cohete” asestó O Kaníbal, mientras se limpiaba la mayonesa de los bigotes, porque deglutía uno de berenjena y queso en pan francés.
“Y ¿Alicia?", garrafeó irónico Kianbal. “No escuché nada” regateó la motorman. “¿Tomada no da no?", expresó la líder. "Mmmmm, tiene menos pique que la costanera” replicó el quilmeño con un trozo de berenjena viboreando entre sus labios.
“Odioso sos, mirá. Pero ya sé: Scioli era deportista”, aseguró la Cristina. “A ver presidenta ¿qué parte no estamos entendiendo?”, remachó Kaníbal empujando la última berenjena con un cortado.
"Sería bueno alguien con roce internacional y a la vez perfil montoniño y que cumpla varias funciones. Quizás alguien que pueda seguir trabajando para el proyecto desde el corazón del África negra y caliente. Lo pondríamos mandar con Chacho Álvarez que es un gran compañero de aventuras. Pueden hacer un buen safari también acompañados de Rosendo Fraga. Basta, basta mandemos a Taiana" suplicó la presidenta.
A lo que Kaníbal exclamó: “para Taiana, ¡la selección!”, mientras saltaba sobre el respaldo de su sillón.
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