Torneo de puteadores: análisis de grupos E y F

GRUPO E.
Federico Luppi: el mejor puteador moral durante toda la década del 80 vuelve al torneo argentino luego de su exitoso paso por la Súper Liga de España. Ahí está, apuntando fuerte a quedarse con la copa en base a insultos que nacen desde el estómago. Su “¡Arteche y la puta madre que te parió!” pronunciado en La plata dulce está entre las mejores puteadas de la historia del cine argentino. Federico nos explica: “Guardo un cabreo muy profundo y muy agresivo con una cantidad de chorros que convirtieron el país en esto que sufrimos. Estoy en contra de los reverendos hijos de puta que hicieron de la Argentina un lecho de lágrimas y de miseria psicológica”. Para finalizar, otras de sus frases para el recuerdo de “Un lugar en el mundo”:
Ranni: Usted se me quedó en la utopía maestro…
Luppi: Y usted es un reverendo hijo de puta.
José Sanfilippo: gran ex goleador con patente televisiva para descalificar a quien le pongan enfrente. A veces apela a antigüedades como “San Lorenzo tiene un técnico que es un salame de Milán (sobre Ruggeri)” y suelta hoy clásicos de la talla de “Pibe, usted se comió todos los amagues”, estaqueado al Goyco. Antes de irse, nos deja un par de insultos contra su rival Diegote: “Es un enfermo” y “A mí me revuelve el estómago”.
Chiche Gelblung: Desde la media mañana empieza con su maquinola incesante de insultos a sus asistentes. “Si mando un periodista y no me trae la lista de los rehenes o cuatro o cinco entrevistas, lo mato”, aclara sobre su método de trabajo. Y agrega que “es una batalla permanente en la comunicación gráfica, radial y televisiva contra el boludo en general. La peor enfermedad es el boludismo, y pasa en todo el mundo”.
Hugo Moyano: Tiene en su antología, la frase dedicada a De La Rúa: “El que muestra coraje con los humildes no es más que un temeroso, por no decir un cagón”. Pero también engendró esta perla reciente: “¿Usted se imagina a la señora excedida de peso que pronostica el desastre y la invasión de extraterrestres conduciendo el país y hablando en el Gobierno?”.

GRUPO F.
Aníbal Fernández: el gran titán del exabrupto oficialista es el cabeza de serie de un verdadero grupo de la muerte. Se lanzó a la fama en el 2002 cuando era ministro de Producción del Cabezón (ejem) y dijo: “Argentina tiene una sociedad enferma y un grupo que la gobierna que son unos hijos de puta”. Hoy su gran especialidad son los dardos contra Lila Downs: “Estoy convencido de que, como no tiene los patitos en fila, ella está convencida que habló con Mickey Mouse, entonces es lógico que quiera seguir hablando con él”; y contra Macri: “toda la vida de franco, con minúscula y mayúscula”. No conoce, porque no trabaja. Es un vendedor de ilusiones permanenteAunque también puede hilvanar tres al hilo: “Carrió, con la bikini en la mano, está preocupada por cómo va a hacer para cruzar el río e ir a Punta del Este, de Lavagna a nadie le interesa lo que dice y Macri nunca leyó nada, no sabe de qué se trata la vida”.
Ángel Cappa: el Luppi del deporte argentino, se le sale la cadena cada vez que su equipo está perdiendo. “Callate viejo puto”, le puede decir a un asistente de Vélez; “cagones de mierda hijos de puta”, también contra Vélez; “Hijos de puta”, “sos un boludo de mierda” repetido hasta el hartazgo ante cualquier pitaje arbitral; y el “mirá lo que saca este sin manos” contra el arquero de River Daniel Vega.
Alberto Samid: las patadas y trompadas con Mauro Viale son pergaminos suficientes para que el gran chacinador y embutidor nacional llegue a este torneo. Y le disparó: “A mí Duhalde no me pone guita como a vos te pone Menem” y el sutil “Judío de mierda”.

Susana Rinaldi: otra tana calentona, es la autora de esta deliciosa frase dirigida contra Macri y Carrió: “Cuántos fracasos ha habido de esta derecha de mierda en la historia de la humanidad! Esta Capital no puede seguir encerrada. Espero que esta Ciudad modifique su criterio de votación alguna vez”. Pocos días antes del 20 de diciembre de 2001 había declarado: “es un buen momento para saber mandar a la mierda al Estado argentino”.