El grupo de científicos argentinos que planeaba arruinarle la festichola al Papu Macri, bajoneadísimos porque no les funcionó la Máquina de Hacer Llover de la meteoróloga Nadia Comaneche, y acodadísimos sobre la barra de un bar tandilense, se embriagaban con la ronda de leche descremada que pagó Lino Arañao, después de cobrar una nota hecha para la revista de chimentos científicos Conozca Ya! en 1992, cuando llegó un mensaje de texto inentendible al reloj calculadora de Adrián Paciencia con remitente desconocido.
Ensimismadísimo en tratar de comprender el mensaje, Adrián Paciencia no se dio cuenta de las risotadas de sus compañeros hasta que el físico nuclear Dante Cuyo le señaló el bigote artificial de leche descremada que se le había formado sobre el labio superior; fue justo en ese instante, después de limpiarse con la punta su lengua, que se encendió su lamparita bajo consumo y pudo descifrar el mensaje encriptado.
“Integrante del pacochavismo logró infiltrarse en la festichola con el disfraz de Miguel del Sel, le entregó un bigote con vida propia y hecho con pelos del gatoperiodista Silvestre para la imitación de Fredy Mercurio. El bigote se tiró de cabeza a la garganta del “Papu” Macri y este se lo tuvo que tragar, arruinándole la fiesta durante quince minutos”.
Ahí nomás, chocho de la vida, y con la satisfacción de haber cumplido su tarea, Adrián Paciencia pidió fiado una ronda más de leche descremada con Vainillas Para Todos, pero el dueño del bar le recordó las deudas contraídas en las últimas olimpíadas matemáticas y se negó a su pedido.
El profesor se puso pesado y le prometió que se lo pagaría el año entrante. Cansado ya de la situación, el dueño del bar se sacó el cinto de salames picado fino y rajó a la comunidad académica a embutidos cintarazos hasta el Vía Crucis.
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario