Cable Nº 2.584.
Fecha 23/12/09
Titulo: Diputada pasa data sobre música autóctona.
El otro día estábamos lo más bien charlando con la diputada Cynthia Hot sobre bueyes perdidos, cuando empezó a hablarme de un cantante de música narcosatánica llamado el Indio Solaris, hasta que se puso pesada con el tema religioso y le tuve que pedir amablemente que se retire.
La cuestión es más o menos así: no pudimos establecer si su nombre es verdadero o si es un fanático de la película del ruso Tarkovsky, lo cual de por sí lo hace bastante peligroso; como tampoco sabemos su domicilio porque, según le contaron a la diputada Hot, todas las semanas se muda para que sus fans no lo persigan, pero sí está segurísima de que este jovencito tenía una banda, Los Redonditos de Malvaviscos, según entendí, cuyas canciones poseen un alto contenido de narcosatanismo y de eróticoterrorismo.
Una de sus letras dice “alquiló una rana, rubia, tibia y haragana”, esto nos dice Cintia Hot que se refiere a un nuevo tipo de droga, hecha con batracios de color dorado y que se entibia, así que la diputada supone debe ser un ácido o algo así. Más adelante dice “una linda damita de Concordia, el más bello fuselaje que jamás lustró”. Acá Hot explica que hace alusión al cartel de la Triple Frontera por la mención de la cuidad mesopotámica, y que “fuselaje” tiene que ver con el avión en el que transportan esta nueva droga.
Ya en su carrera solista, después de una abrupta separación con sus compañeros de Los Redonditos de Malvaviscos, donde aparentemente se habrían peleado por unos videitos comprometedores, el Indio Solaris escribió una canción llamada “Flight 956”, en donde evidencia que este cantante sigue explotando la misma temática de los vuelos. Además de su marcado sesgo ateo en la parte que dice “Dios no está en los detalles de hoy”.
Estábamos en esto, cuando se me ocurrió decirle a la diputada que era una música del infierno; de pronto a la diputada Hot se le transfiguró su rostro y empezó a querer convencerme de que me hiciera evangelista. Intenté explicarle que todo “very good”, pero que soy protestante y eso ni un bautismo en una pelopincho lo va a cambiar.
Fue entonces que opté por dejarla hablando sola a cerca del fin del mundo, mientras yo hacía circulitos concéntricos con forma de huracanes, hasta que me di cuenta que quería dejarme la revista Alta Laya y me negué a aceptarla. Enseguida sacó otra publicación, Despertate, y le di la misma respuesta, pero Cintia Hot insistió tanto que no me quedó otra que aceptarlas. En cuanto la vi satisfecha, apreté el botón rojo y la diputada salió expulsada de mi despacho en la silla voladora. Según me cuenta el chico de limpieza, recién se fue después de rezar en la puerta de la embajada durante dos horas y medias.
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