La suspensión por tiempo indeterminado de cualquier atisbo, intención, búsqueda, acecho, análisis, examen, estudio, investigación, contemplación, previsión, conjetura, ensayo, observación, vislumbre, señal, huella, indicio, rastro de una posible o potencial implementación en todo -o en una parte, o pedacito- del territorio nacional de una (ni siquiera tibia) reforma agraria sería el primer punto de un probable acuerdo para destrabar el conflicto entablado entre el Gobierno nacional encabezado por la doctora Cristina Fernández de Kirchner y las entidades agropecuarias, sea la Sociedad Rural, las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Federación Agraria Argentina (FAA), Coninagro, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) o cualquiera otra. Así lo hicieron saber voceros de los diferentes actores que podrían sentarse en una mesa de concertarción.
"Empecemos por las coincidencias: dejemos bien claro que esa cosa por ahora no va", afirmó un ex gobernador que no fue piloto de Fórmula 1 ni de Fórmula 2 Codasur. "No van ni los cambios ni la democratización en la tenencia de la tierra", dijo otro ex gobernador que ahora no es ni nunca fue candidato a presidente. "Ni las expropiaciones ni las colectivizaciones", afirmó con su mesura característica y un cocoliche de vuelta un ex delantero que brilló en el fútbol de Medio Oriente. "Tampoco se pongan nostálgicos y se les ocurra remozar el Estatuto del Peón de Campo", concluyó un férreo senador del oficialismo que nunca fue pero siempre quiso ser gobernador o al menos ministro de Justicia.
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