ADIVINA QUIEN SOY
Un hombre de 52 años que vive en el barrio de Colegiales con su mujer y sus dos hijas recorre hoy la ciudad como un ciudadano más. Como uno más de a pie, gustaría decir el interminable francotirador de la Justicia Argentina Ricardo Moner Sanz, a quien, a propósito, no se lo pudo individualizar en la fiesta por el centenario de San Lorenzo, entre los ilustres y/o hinchas destacados.
Casualmente este hombre de Buenos Aires también es hincha del "Ciclón" y nadie sabe si estuvo en la fiesta centenario ya sea en carácter de invitado especial, notable, hincha o tipo del montón, sí, sí, de a pie. Este mismo muchacho supo asistir a la escuela primaria en el colegio República de Ecuador y cursó parte del secundario en una escuela técnica estatal de Paternal. Pero en tercer año "me abandonó che, porque tuvo que salir a trabajar", dice él que dijo el padre. Más tarde tomó envión de la mano del éxito futbolístico de los "Carasucias" y completó sus estudios secundarios en la escuela nocturna Revolución de Mayo. Sí, Revolución de Mayo, quién pudiera terminar el secundario en una escuela con semejante nombre. Que carga sombólica también debe pesar sobre las alicaídas espaldas de los que supieron engominarse en los baños de esa institución.
Su primer empleo fue el de técnico telefónico. Igual que León Gieco, ja. En los años siguientes, como muchos otros jóvenes en la década del 70, eligió la carrera de Sociología, donde comenzó a construir una mirada más compleja sobre las desigualdades sociales. Antes, para él la sociedad se dividía entre plateístas y tribuneros. Además este hombre que hoy peina canas y ajusta prolijamente su barba empezó a considerar a la política como una herramienta para transformar la realidad. Algo similar le ocurrió cuando trabajó como alfabetizador en barrios carenciados junto a los primeros bicampeones e invictos del fútbol nacional, los temibles "Matadores" . Durante la dictadura, luego de terminar la carrera de Sociología, se dedicó a la docencia en el incipiente movimiento de derechos humanos. Mmmmm. Esto suena medio como que no cierra, pero lo dice la presentación de su propia página web. En fin, un porteño de ley, hincha del Ciclón, un tipo de la Pater, de Colegiales. Formado en la vieja y ahora tan anhelada escuela técnica, que terminó el secundario de noche, que se me hizo sociólogo, que deslumbró y luegó cayó derrotado en reiteradas oportunidades en el mundo de la política, hoy esta columna lo reclama.
Un hombre de 52 años que vive en el barrio de Colegiales con su mujer y sus dos hijas recorre hoy la ciudad como un ciudadano más. Como uno más de a pie, gustaría decir el interminable francotirador de la Justicia Argentina Ricardo Moner Sanz, a quien, a propósito, no se lo pudo individualizar en la fiesta por el centenario de San Lorenzo, entre los ilustres y/o hinchas destacados.
Casualmente este hombre de Buenos Aires también es hincha del "Ciclón" y nadie sabe si estuvo en la fiesta centenario ya sea en carácter de invitado especial, notable, hincha o tipo del montón, sí, sí, de a pie. Este mismo muchacho supo asistir a la escuela primaria en el colegio República de Ecuador y cursó parte del secundario en una escuela técnica estatal de Paternal. Pero en tercer año "me abandonó che, porque tuvo que salir a trabajar", dice él que dijo el padre. Más tarde tomó envión de la mano del éxito futbolístico de los "Carasucias" y completó sus estudios secundarios en la escuela nocturna Revolución de Mayo. Sí, Revolución de Mayo, quién pudiera terminar el secundario en una escuela con semejante nombre. Que carga sombólica también debe pesar sobre las alicaídas espaldas de los que supieron engominarse en los baños de esa institución.
Su primer empleo fue el de técnico telefónico. Igual que León Gieco, ja. En los años siguientes, como muchos otros jóvenes en la década del 70, eligió la carrera de Sociología, donde comenzó a construir una mirada más compleja sobre las desigualdades sociales. Antes, para él la sociedad se dividía entre plateístas y tribuneros. Además este hombre que hoy peina canas y ajusta prolijamente su barba empezó a considerar a la política como una herramienta para transformar la realidad. Algo similar le ocurrió cuando trabajó como alfabetizador en barrios carenciados junto a los primeros bicampeones e invictos del fútbol nacional, los temibles "Matadores" . Durante la dictadura, luego de terminar la carrera de Sociología, se dedicó a la docencia en el incipiente movimiento de derechos humanos. Mmmmm. Esto suena medio como que no cierra, pero lo dice la presentación de su propia página web. En fin, un porteño de ley, hincha del Ciclón, un tipo de la Pater, de Colegiales. Formado en la vieja y ahora tan anhelada escuela técnica, que terminó el secundario de noche, que se me hizo sociólogo, que deslumbró y luegó cayó derrotado en reiteradas oportunidades en el mundo de la política, hoy esta columna lo reclama.
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