La guerra del humo
(Solucionados los inconvenientes contractuales que lo sometían a la exclusividad con un diario porteño, vuelve el amigo de los más grandes a nuestras filas)
El sector más favorecido en los últimos años por las medidas implementadas por el ex presidente Néstor Kirchner y continuadas por la presidenta Cristina Fernández no está dispuesto a compartir ni una migaja de las cuantiosas cifras obtenidas. Su lucha contra la imposición de un impuesto de carácter móvil a las exportaciones por parte del gobierno nacional y popular ha desnudado la faceta más oscura y conservadora de una clase dominante que se niega a repartir una parte de sus ganancias. Sus medidas recuerdan viejos métodos del terror esparcidos por el feudalismo en Europa y los Estados Unidos de Norteamerica.
Primero comenzaron con cortes de ruta -que birlaban el sentido de sus creadores, las clases populares privadas del empleo durante el menemato.
Ahora han comenzado con la guerra del humo.
Quieren, entre la escasa visibilidad y la asfixia, esconder los barcos que llevan las excepcionales cosechas de soja hacia otros mundos.
¿Cuando terminen con esta guerra infecta, me pregunto, qué les queda? Sólo esparcir desde el cielo la bosta de sus vacas sobre nuestras pobres cabezas de clase media bienpensante.
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