Después de escuchar las declaraciones de Julio Argentino César Cleto Cobos, quien señaló: “habría que repensar las funciones del vicepresidente, mucho más cuando no se viene del mismo espacio político, como es mi caso”; y embalados tras la abrupta caída de la imagen presidencial por su veto al 82 % móvil, los diputados de la Opo enrolados en el grupo Ahora Representamos Reivindicaciones Populares que Antes Rechazábamos, preparan una reforma constitucional para que el vicepresidente pueda ejercer su cargo con tranquilidad republicana.
El proyecto, que por ahora figura en un pañuelito descartable, algo arrugado, en el saco de un alto funcionario público, prevé que la constitución autorice a desdoblar el poder ejecutivo en una parte oficialista y otra opositora.
Asimismo, la reforma habilitaría al Jefe de Gobierno del Frente Opositor a traicionar “a troche y moche” a los votantes que lo eligieron y al partido por el que accedió al cargo, siempre que lo haya hecho a partir de una alianza política.
También le estaría permitido hacer lobby “a lo pavote” con cuantos multimedios y cámaras empresariales se le acerquen a plantear sus interese.
Por supuesto, se podría autodenominar precandidato presidencial para las elecciones siguientes, pero sólo desde el sexto mes de haber sido elegido como vicepresidente.
Según comentó el asistente del alto funcionario público, mientras le paseaba el perro por Plaza Francia sin levantar las deposiciones del canino, ya estarían llamando a un prestigioso constitucionalista, representante legal de las principales agencia de seguridad en sus ratos libres, para que desfile en todos los programas de TN, y brinde notas a Telenoche, explicando lo importante que sería lograr esta reforma para alcanzar el verdadero respeto que merecen las instituciones.
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