Dos conspicuos representantes de Dios salieron esta mañana, bien tempranito, a cruzar fuerte el proyecto de ley que crea el Régimen de Participación Laboral en las Ganancias de las Empresas, impulsado por el diputado rojo Héctor Recalde.
La norma establece que “todos los trabajadores empleados u obreros que presten servicios en virtud de un contrato de trabajo en una empresa con fines de lucro, tendrán derecho a una retribución anual en concepto de participación en las ganancias, sujeta a los resultados del ejercicio económico de la empresa a que pertenecen”.
Luego de apretarse el dedo chiquito del pie con una morsa para tratar de que le saltara aunque sea una lágrima en la misa que ofreció por el ex presidente Néstor Kirchner, el Archiobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge “¿No estoy cada vez más parecido a Lavagna?” Bergoglio expresó: “nosotros siempre estuvimos a favor de la distribución de la riqueza, pero de la riqueza de espíritu. Está clarísimo en la Biblia: Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Así que no nos interesa que se anden repartiendo plata unos a otros. Eso es materialismo puro”.
Consultado por el periodista Juan Carlos Campanita por el polémico pasaje del Nuevo Testamento que narra la expulsión de los mercaderes del templo a manos del mismísimo Jesucristo, el Archiobispo señaló: “La verdad es que la Biblia es un libro bárbaro, está escrito como los dioses. A Mateo o a San Juan deberían darle el Nobel de Literatura, y no al degenerado de Vargas Choza. El Nuevo Testamento es como la Argentina, tiene todos los climas: drama, romance, tragedia, horror, pasión y, claro, también comedia. Tiene pasajes comiquísimos. Y ese que me comenta siempre me hace pillar de la risa”.
Aprovechando que el subte funcionaba gratis, el reportero Campanita se fue de Catedral a Tribunales, encaró para la sinagoga Libertad y se cruzó en la puerta con el rabino Sergio Bemberg. El campeón de la poesía sacudió: “Cuando hablan de redistribución del ingreso, se me revientan los sesos. Quieren que haya más pobres, para ellos quedarse con los sobres. Le dan más poder a Moyano, pero a los empresarios se la meten por el ano”.
Cansadísimo por el laburo, Campanita decidió tomarse unas vacaciones en tierras brasileñas. Mientras esperaba una conexión que lo llevara a Garopaba, en la terminal de micros de Porto Alegre se cruzó con Leonardo Boff. Ante la consulta por este tema, el teólogo tercermundista explicó: “Mirá Juan Carlos, el tema de la redistribución de la riqueza es como un helado de dulce de leche de esos tan ricos que hacen en Buenos Aires. Todos te dicen que está riquísimo, que lo tenés que probar. Pero nadie te da una cucharita para que lo disfrutes. Y cuando amagan con convidarte, el helado se termina derritiendo rápido”.
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