Hoy, la verdad, la verdad, va a estar bastante tranquilo el tráfico. Los medios, como usualmente, agitarán las banderas del desmadre y el desquicio, pero no se puede decir que sea para tanto. Por lo menos hasta las 16.17. Ahí sí, lamento informarles muchachos, pero las cosas se van a empezar a ir de foco. Bastante.
El tema es así, déjame explicar, después te doy espacio para las preguntas.
El tema es así, déjame explicar, después te doy espacio para las preguntas.
A las 16.14 un mamado se va a despertar luego de una tórrida siesta de 9 horas, tras una noche igual de tórrida en la Costanera. Cuando abra los ojos, se va a encontrar con su Peugeot 404 estacionado en contramano sobre Moreno, en el boulevard de la 9 de julio, mirando hacia Bernardo de Yrigoyen, con Lima en la espalda. El edificio gigante de Obras Públicas ahora Desarrollo y Salud lo mirará amenazante. Querrá escapar. No, no podrá ir marcha atrás, para retomar Lima. Saldrá hacia adelante. El auto, a los pocos metros, quedará sin nafta, empotrado en los carriles que miran hacia Constitución. Todos empezarán a tocar bocina. Se generará un embotellamiento infernal, nunca antes visto.
Más de 250.00o vehículos quedarán apretujados a lo largo de toda la 9 de Julio.
Jorge Bucay estará mirando por televisión el espectacular suceso. Se le ocurrirá un cuento. Para tomar cierta distancia de los acontecimientos, lo ambientará en Francia.
"Al principio la muchacha del Dauphine había insistido en llevar la cuenta del tiempo, aunque al ingeniero del Peugeot 404 le daba ya lo mismo", tecleará en su computadora.
Escribirá de forma febril durante toda la noche. A las 6.57, poco antes de que amanezca, llegará al final: "Y en la antena de la radio flotaba locamente la bandera con la cruz roja, y se corría a ochenta kilómetros por hora hacia las luces que crecían poco a poco, sin que ya se supiera bien por qué tanto apuro, por qué esa carrera en la noche entre autos desconocidos donde nadie sabía nada de los otros, donde todo el mundo miraba fijamente hacia adelante, exclusivamente hacia adelante".
Rascándose la barbilla pensará, "La autopista al Sur es un buen título".En octubre lo presentará a los Premios Magnetto de Platino de Narrativa Breve. Se llevará el máximo galardón. Firmará un suculento contrato con Clarín. A los pocos meses, recibirá una denuncia. Como don Juan Manuel de Rosas, se irá a Inglaterra, cansado de la imcomprensión y el maltrato de los suyos.
3 comentarios:
Impecable, maestro! Gracias por tanta prosa y hierbas de la buena. Dejo el auto en el laburo y lo voy a buscar mañana, entonces. Gracias por el dato, fiera.
cuándo es el cierre de la presentación de los trabajos para el Magnetto de platino fino fino?
basta con esta forrada
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