A pedido de los lectores seguiremos sumergiéndonos en la inconmensurable obra del historiador y pensador Vadim Brosky Carnevaca. En la página 623 del tomo IV de su colección titulada "Breve reseña de anécdotas bonaerenses", el autor desarrolla algunas características y vivencias personales relacionadas con la raza de Niños Exploradores (Con ilustraciones propias). Debo aclarar que el texto que transcribiré es altamente polémico y Brosky Carnevaca se refiere a esta clase de niños con asombrosa repugnancia. Por lo tanto, evite este artículo si usted es o fue un militante de este grupo. "El primer niño explorador de la Provincia de Bs. As. se llamó Rodolfo De la Rastra y nació en la pequeña localidad de Tres Algarrobos en 1882. (Aquí el autor hace un extenso paréntesis atacando a los responsables de bautizar a los pueblos y, citando el caso de Tres Algarrobos, asegura que torpemente se inspiraron en algo tan efímero que bien podría haberse llamado Me duele el Juanete o Gorrión pasa Volando. Asegura que hoy en Tres Algarrobos habrá cientos de estos ejemplares o, tal vez, no exista ninguno). De la Rastra se autodenominó Niño Explorador a la edad de 18 años lo que de entrada lo describe como un auténtico imbécil. Consultado este don Rodolfo acerca de algún recuerdo de su vida de explorador relató: una vez en un campamento en las Sierras de Tandil me tiré un pedo adentro de la carpa y todos mis compañeros se tapaban la nariz y me gritaban chancho... nos matamos de risa. Sin comentarios.
Hazañas de esta raza innoble no puedo relatar ya que quedarse veinte días en un campo juntando mariposas no es ninguna viveza y mucho menos de mocasines y corbata cortita.
En 1.948, tuve que asistir por compromiso al lanzamiento de una gran expedición de los Niños Exploradores de 9 de Julio. Mientras daba un estúpido discurso frente a un grupo de impúberes que se disponían a pasar dos meses en una carpa en La Cañada de los Peludos, sentí que era mi gran oportunidad para demostrar todo mi odio hacia ellos. Ya sobre el final de mis palabras pregunté: “!tienen la brújula!”. “!Síííí!”, respondió el pelotón de asquerosos cachetes colorados. “!Tienen el mediomundo!”, grité eufórico. “!Síííí!”, respondieron a coro. “!Tienen la linterna!”, exclamé ya fuera de mí. “!Síííí!”, gritaron pelando sus gargantas. “!Entonces métanse todo en el culo!”
La paliza que me dió un grupo de padres será cuento de otro capítulo. Pero se lo merecían."
Aclaración: si bien la asociación parece inevitable, el genial Brosky Carnevaca jamás hace refencia al grupo Boys Scout cuando habla de los niños exploradores. Hay testimonios que aseguran que el Gran Historiador pasó fugazmente por el grupo Scout, aunque él lo negó de forma rotunda al semanario "Nunca" de Venado Tuerto.
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