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lunes, 19 de septiembre de 2011

Cierre con fuerte debate entre Monseñor y Bengala


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Sobre el cierre del programa armamos un debate con todas las voces, con todos los protagonistas, entre Monseñor Barone y Bengala Negra a palo y palo, con 10 segundos para que cada uno haga su mejor análisis de los diarios.

Thudor Popovich y el dardo copero


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En diálogo con nuestro corresponsal económico-deportivo Thudor Popovich, nos cuenta que le puso un mini dardo a Djokovic, recuerda a su amigo el colorado Mac Allister, y le hacemos un test de relatores con Monseñor Barone.

Alejandro Pappo trae al Dalai Lama


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Alejandro Pappo trae al Dalai Lama a los estudios de la radio y comenta una traducción donde el guía habla de motos y sugiere ver si te da la nafta, destapar tu alma y medir la presión espiritual.

Tiempo Checheno especial Menem


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Leemos el Tiempo Checheno con un suplemento especial sobre las repercusiones internacionales, los festejos y homenajes en honor a la absolución de Menem en la causa de contrabando de armas.

Ángel "El Choclo" Ricardo con Dios


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Hablamos con Don Ángel “El Choclo” Ricardo que está junto al mismísimo Dios, gracias a unos porotos recontra transgénicos, y nos enteramos que el cielo es como Tecnópolis.

Enfermérides con Bengala Negra


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Leemos las Enfermérides junto a Bengala Negra que recuerda el día que conoció al Che Guevara en su viaje secreto a la Argentina, mientras Del Protro hace un esfuerzo gigantesco por llorar.

Apertura con Bengala Negra


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Abrimos el programa en el Día de la Berenjena con Bengala Negra, ministro/a de Espacio Aéreo porteño, y promete rebajas indiscriminadas en el ABL para los que propongan cambiar algo de lugar en la ciudad.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Dalai Lama también se va de la Colisión Cívica Centrifugadora


El artista mundialmente conocido como "Dalai Lama" calificó como "decepcionante" su reciente visita por la Ciudad de Buenos Aires y amenazó a la sucursal argentina con "no pisar nunca más de los jamases" ese país latinoamericano, "si no se ponen media pila y comienzan a organizar al menos un poquito mejor las cosas", según filtraron fuentes intestinas de la embajada china en Buenos Aires.
"Una mierda, me hacen viajar miles de kilómetros y no logran llenar ni dos Luna Park. La próxima vez ni me llamen si por lo menos no me hacen tocar en la cancha de Ferro o la de Atlanta", sostuvo el líder tibetano antes de poner un pie en el colectivito que lo trasladaba por Ezeiza hacia la unidad de La Cámpora Airlines que lo llevó a San Pablo.
"Un artista acabado como Roger Waters hace ocho estadios de River, el paspado de Ricardo Arjona vende 28 Luna Park y ustedes no pueden garantizarme gente ni para dos funciones. Me hincharon definitivamente los huevos. La próxima también me subo al cristikirchnerismo, esto así no va más", le chantó el Nobel de la Paz a la dirigencia de la Colisión Cívica Centrifugadora, responsable de su gira por la Argentina.
Ya en la escalerita del avión, el Dalai Lama le quitó el tónico bronceador que le había prestado a la líder de la CCC y le espetó: "Lo tuyo no va más. Me prometiste la condecoración de Mauricio Macri, y al pibe se le ablandó la milanesa por la apretada que le hicieron los de la Cámara de Super Chinos. Me habías prometido varios programitas de TN y una entrevista con Marcelo Tinelli, pero me tuve que fumar que sólo hablaran de John Lender y sólo me recibió la loca esa que me pedía que le perdonara lo del auto que se había comprado con la licencia de una persona discapacitada". Lapidario.

Shonlender sería la banda soporte de Judas Priest



La legendarísima banda de heavy metal, Judas Priest, que por estos días se presenta en el estadio del Racing Club de Avellaneda, en el marco de su última gira por los escenarios, las birras, las drogas, el sexo descontrolado y el reuma, andan queriendo de soporte una banda nacional con mucha polenta y ya estaría casi casi confirmado que los hermanos Shonlender harían las delicias de la hinchada metalera.
En una entrevista exclusiva para este blog, Rob Halford, histórico cantante de la banda inglesa dijo “el heavy metal argentino se fue al tacho. Desde que Ricardo Iorio se puso a hacer canciones del Flaco Espineta asusta menos que el Bebe Contempomi en un pelotero. Después lo tenés al pibe este que prometía Andrés Gimenez, que estaba en Acosados Nuestros Indios Murieron Al Luchar, ahora resulta que toca temas de León Gieco, un verdadero fiasco”, sentenció el vocalista sexagenario mientras se comía una ensalada de cruces invertidas y a la vez le terminaban de hacer la manicura completa.
“Ya lo tenemos decidido, Paul Simons aplastando pollitos es un bebé de pecho al lado de Shonlender. Desde el primer disco de V8 que no escuchaba una banda con tantas ganas de encarnar el mal, la destrucción y el caos total. Además guitarrea de lo lindo, no te digo que es el Walter Giardino de “Preludio obsesivo”, pero anda ahí nomás”, continuó el líder de Judas Priest a punto de hacerse la planchita en la barba candado mientras le tatuaban en la espalda un sarcófago lleno de calaberas, aguilas, dragones, minotauros, parcas y el escudo de Sacachispas.
Antes de echarnos Rob Halford nos dijo “mirá, cuando el hijo de Alfonsín anda queriendo limpiar el riachuelo, Hermes Binner levanta barriletes en Chacarita con el jodido de Tumini, y el pibe cabeza Duhalde se pelea con el cantante de ópera, este chavón se carga la oposición al hombro y rosckea bien duro”, finalizó cerrandonos la puerta en la cara porque tenía que hacerse el alisado definitivo de los pelos del pecho.
Si bien no está confirmado del todo, voceros de pasillo aseguran que Shonlender estaría con ganas de invitar a los hermanos Schelenker para cerrar la última presentación de la banda inglesa con pirotecnia de la buena.

martes, 13 de septiembre de 2011

Cierre del 11-S con Monseñor Barone


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Sobre el cierre del programa Monseñor Barone nos trae sus reflexiones en el día en que, además de los 11-S conocidos, también murió Peter Tosh.

Roberto Johnson and Johnson recuerda el 11-S


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Roberto Johnson and Johnson, el gusano de la universidad de FLACSO en la Florida, nos trae recuerdos del terrible momento en que se enteró que caían las Torres Gemelas justo mientras él cortaba la ligustrina.

Thudor Popovich en Nueva York



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Hablamos con Thudor Popovich que está en los actos conmemorativos por el 11-S desde La Gran Manzana, y nos trae sus recuerdos de cuando tiraron sin querer las Torres Gemelas.

Reportaje exclusivo a Lila Downs de Carrió


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Nos corremos de la coyuntura mediática unos segundos y le hacemos un reportaje jugadísimo a Lila Downs de Carrió, que viene con la cabeza de Manuel Dorrego a hacernos un par de predicciones sobre la selección de básquet, los shows de Roger Water y la extensión del subte.

Tiempo Checheno especial 11-S


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Intentamos leer el Tiempo Checheno, nuestro semanario de noticias internacionales con la mirada del conurbano hacia el mundo pobre que lo caracteriza, en un suplemento especial del 11-S.

Campo de Juego desde Tecnópolis


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Asistimos al momento en que Campo de Juego, el hombre fuerte de la TV Pública y el deporte, viaja en una partícula de polen en Tecnópolis para anunciar la primavera, y nos trae su pequeño homenaje al Gordo Muñóz en el día del maestro.

Apertura de otro 11-S


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Abrimos el programa en un nuevo aniversario de tantos 11-S, sitiados por grupo autónomo de operadores, e invocamos al espíritu de Susana Russo para buscar conexiones posibles entre Salvador Allende, Bin Laden y Domingo Sarmiento.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Montoniños se cargan a maestros depresivos



En la mismísima semana en que se festeja en toda la patria educativa el Día del Maestro, en recuerdo a la fecha en que Sarmiento se fue a civilizar indios al cielo, docentes de ultrisísimo progresismo se encuentran en estos momentos recontra bajoneados por las peleas que vienen teniendo sus ídolos de la Vieja Trova Cubana, Silvio Rodriguez y Pablo Milanés, y prometen no salir del baño, envueltos como si fueran una torta de mil hojas con todos los ejemplares del diario Moneditas al Sur.

Según se pudo saber por distintos grupos organizados y mal llevados de montoniños contra los docentes depresivos hubo maestros que durante la semana, cuando se enteraron que Silvio le volvió a contestar a Pablo con una carta escrita en 1970, se largaron a llorar frente al pizarrón en medio un análisis sintáctico, por lo que los montoniños no tuvieron otra salida que pintarse los cachetes con fibras y reventarle la cara, a esos docentes que todavía piensan en hacerse un viajecito a Cuba, con una lluvia de tizas, plasticolas, cartucheras y borradores para ver si reaccionaban.

Otra fuente montoniñeril indica que hubo docentes que se negaban a salir de la sala de profesores y debieron ser llevados a la rastra por toda la escuela para que volvieran en sí, pero a la vez muchos no pudieron retomar sus clases por las innumerables fracturas que le provocaron sus alumnos envalentonados. Otros directamente fueron ajusticiados en el mástil por hordas descontroladas de montoniños con la soga para izar la bandera y después fueron usados como pelota en el picadito del segundo recreo.

Para los días que siguen no es muy alentador el panorama si se tiene en cuenta que buena parte de estos docentes deprimidos hace varios días que se atrincheró en el baño de su casa con el casstete de Silvio y Pablo en vivo en 1984, ese que tiene el fondo rojo, y no hay manera de convencerlos. Les pasaron por abajo de la puerta un disco del Cuarteto Zupay y fue peor, les ofrecieron entradas para ver la Bomba del Tiempo con el Chango Spasiuk y no hay caso, sólo respondieron que si salían iban a profundizar su uruguayismo entrando en una murga rioplatense e indigestándose con Galeanitos a la pizza sin queso. Por ahora lo único que han hecho todo estos maestros es cantar hasta quedarse sin voz “La vida no vale nada”, con la cabeza adentro de su morral de cuero.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Cerramos con Monseñor Barone


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En los últimos minutos del programa llega Monseñor Barone para analizar el contenido narcosatánico de una canción de los Redondos.

Thudor Popovich desde Libia


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Thudor Popovich se encuentra defendiendo los últimos bastiones de la resistencia en Libia, mientras Kadafi se come unos palitos salados y nuestro corresponsal recuerda su paso por la escuela técnica.

Angel "El Choclo" Ricardo


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Llega a Los Ludditas Angel “El Choclo” Ricardo con todos los beneficios que tiene el campo a diferencia de la ciudad, nos cuenta sobre las reglas particulares para jugar al fútbol en Armstrong y diseña una lancha para andar sobre los de mares soja.

Roberto Johnson and Johnson


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Roberto Johnson and Johnson nos visita para anunciar que llega al país con una parva de capitales extranjeros, nos enteramos que está pegando un giro al liberalismo y nos da los detalles del recital de Pablo Milanés en Maimi.

Darío Aranda y la Ley de Tierras


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Hablamos con el periodista Darío Aranda sobre la Ley de Extranjerización de Tierras, profundizando en las limitaciones del proyecto que no contempla la función social de la tierra ni su concentración en pocas manos.

Apertura en bondi


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Arrancamos bien eléctricos, después analizamos las Enfermérides del día, y viajemos en la línea 12 mientras nos preguntamos qué será de la vida del Julito Cobos cuando quede desocupado, ¿se hará controlador de colectivos en el conurbano?

domingo, 4 de septiembre de 2011

Hasta Chuck Norris se aleja del agujero negro llamado Ricardito Alfonsín



Eran más de las diez de la mañana cuando Chuck Norris sintió la alarma de su reloj pulsera, tirado sobre la mesa del comedor, y con un hilo de baba que le chorreaba de la boca a la mano sobre la que apoyaba la cabeza, y de ahí caía en cascada hasta la madera donde formaba un charquito cristalino que prometía avanzar hasta el borde de la mesa y seguir su camino hasta el piso. Apagó como pudo el sonido insistente de su reloj y pensó entre sueños “cinco minutitos más…cinco minutitos más…”

Estaba agotado, aunque no por eso menos feliz. La noche anterior había salido a emboscar pacochorros que paraban en la esquina del Club de Leones de San Miguel a fumar faso, y se había cargado cinco con patadas giratorias, tres con tomas de yudo y cuatro con nunchako. Con un saldo a favor de tres mandíbulas rotas, dos hombros dislocados, seis muñecas quebradas, y un paralítico, contra tres rasguños en el pómulo izquierdo, que es el que menos le gusta porque está lleno de pozos de cuando tenía pornocos en su adolecencia.

Entre dormido, sintió su baba y se la mandó de un saque para adentro como si estuviera viajando en el 60 de Congreso a Tortuguitas. Pese a esto no lograba despertarse del todo del sueño recurrente en el que se enfrenta a Bruce Lee, como en la película El regreso del Dragón, y donde siempre está a punto de ganarle, pero al final el ponja le arranca los pelos del pecho y lo manda a freir churros con una catarata de patadas voladoras al pecho. Chuck Norris sabía mientras soñaba que ese era el indicio de que algo importante estaba por pasar, como cuando lo habían convocado a hacer Walker Ranger de Texas.

De repente se levantó como si se hubiera quedado torrando en la cama y estuviera a punto de perder el presentismo en el laburo. Intentó mirar fijo el reloj pulsera, pero veía medio borroso, estaba desorientado y le dolía la cien derecha, como si se hubiera dado la cabeza contra la manija de una ventanilla del 148 en un viaje de Varela a Constitu. Cuando se despabiló volvió a mirar su reloj y vio con desconcierto que mostraba un cronómetro descontando el tiempo. Faltaban 15 minutos 28 segundos para que pase algo y él seguía sin darse cuenta.

Miró a su alrededor y vio un desastre sobre la mesa con vasos plásticos por todos lados, una botella de Fernet vacía y una Cunnington Cola Exclusive por la mitad, las paredes empapeladas con afiches del Colorado y Mónica Lopez y cal desparramada por todo el piso. En una visión que duró un destello, menos que la precandidatura del primo de Alejandro Sanz a la presidencia por los radicales, se vio a él mismo pegando los carteles entre risotadas.

Por fin pudo recordar que después de haberse cargado a los pacochorros se había encontrado con pegatineros del Pancho De Narváez y se habían ido a su casa a tomar unos tragos, y que el reloj le indicaba que se tenía que rajar a cumplir otra misión en Libia, ya que la promesa del hijo de Alfonsín de ponerlo como ministro de seguridad estaba más perdida que la dignidad de Lila Downs de Carrio. De pronto una sensación de temor empezó a crecerle adentro como una planta de zapallos anco a la que nadie poda.

En vano quiso caminar porque los pegatineros le habían atado los cordones de sus borcegos y se cayó como una bolsa de papa en el Mercado Central, quedando tendido sobre la mejilla derecha, la que menos pozos de pornocos tenía, con la mitad de la cara blanca de cal. Desde el piso pensó en ir a buscarlos y recagarlos a patadas en el culo, pero no había tiempo, entonces se rió de su situacón y pensó con cierto espíritu derrortista “que bien me la hicieron estos gatos”.

Más rápido que los saltadores de garrocha de Proyecto Sur cayendo sobre el colchón un poco más esponjoso del Frente Progresista, se desató los cordones, se levantó y se limpió la cara. Su temor creció cuando se vió en otro destello caminando con los pegatineros por el pasillo que lleva al cuarto de armas. Se paró frente a la puerta, marcó la clave y después de un ruido a aire comprimido entró. Las luces estaban apagadas, lo que era un buen indicio. Esperó unos segundos por las dudas. Se tapó los ojos con un brazo como si fuera un chico jugando a las escondidas y prendió las luces. Corrió el brazo y miró, era así nomás, los pegatineros lo habían desbalijado. Se habían llevado todo lo que le costó años juntar en las distintas guerras en las que le tocó participar, desde rifles, escopetas, sables, granadas y ametralladoras hasta lanza misiles y las gomeras que les había secuestrado a unos pibitos revoltosos del barrio.

Sentado en el piso y con las piernas cruzadas como si fuera Buda, quizo abstraerse de su bronca y alcanzar un estado zen, pero el el reloj volvió a romperle las pelotas. Solo faltaba un minuto para que lo vinieran a buscar. Fue rápido hasta el ropero para llevarse el bolso con los documentos y pasaportes falsos, pero lo habían despeluchado. Solamente un calzonsillos con agujeros le habían dejado y un cartel que decía “Chuck cagate por boludo. Los pibes del Colorado”, agarró el papel y lo hizo un bollito. Estaba por tirarlo cuando escuchó el ruido del helicoptero; no sabía muy bien por qué pero cada vez que escuchaba ese sonido se acordaba de que lo habían bochado para hacer de protagonista en la serie Lobo del aire, y habían puesto a un perejil a hacer el papel de piloto, de Michael.

Salió corriendo al patio y vio llegar a su nave. Pese a todo pensó que iba a extrañar las calles de tierra, las zapatillas colgadas en los cables de electricidad, el choripán de los domingos, la cara suplicante de los dilers, los tiroteos con pegatineros del PJ, y levantarse trabas en camino de Cintura. No había más tiempo para nostalgias inútiles, era preciso subir a la escalera que le había tendido el helicóptero y que se balanceaba de un lado hacia otro como una especie de Felipe Solá indeciso.

El ruido del helicóptero hizo que se acercaran unos chicos del barrio a curiosear. Chuck Norris los miró mientras subía a la escalera y pensó en estirar la mano y decirles chau a los chiquilines que habían ido a despedirlo, pero se frenó porque no quería parecer un maricón frente a sus compañeros que lo miraban desde arriba. En un instante en el que el tiempo parecía haberse quedado sin pilas, vio con cierto orgullo que los pibes de abajo se alineaban como si fueran un ejercito y levantaban uno de sus brazos. Entonces dejó de lado su prejucio y sacudió la mano, primero timidamente, y luego con vehemencia, mientras los chicos a los que les había quitado las gomeras cargaban sus armas con bulones de acero y apuntaban al bulto. En seguida, las pequeñas manitas soltaron el cuero y Chuck Norris recibió un diluvio de bulones que lo dejaron con más agujeros que a su calzonsillo.