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sábado, 21 de diciembre de 2013

Peligra la Navidad: Papá Noel se auto-acuartela en el polo norte por los cortes de luz

Por Horacio Dall'Oglio

Según indican fuentes pasadísimas en garrapiñadas rellenas con pepas de ácido, el viejo barbudo estaría auto-acuartelado entre los hielos nórdicos y con ganas de suspender la navidad en la Argentina si no se revierten los constantes cortes de electricidad en todo el país o no arreglan el clima en un par de días.

“Yo quisiera ver al arquitecto Julio De Vido con una barba al mejor estilo Karlitos Marx y 43° de sensación térmica adentro de un traje de corderito patagónico, pintado de rojo furioso, a ver cuántos techos se trepa en una misma noche a la luz de la luna. Al menos en las navidades de Alfonsín sabías donde te iban a cortar la luz, pero ahora con el arquitecto De Vido ni con cinco Atuchas juntas sabés en qué casa dejar los regalos o pasarle el laburo a los Reyes Magos”, habría manifestado Papá Noel, también conocido como Santa Claus, en su fábrica de juguetes con una boina radical de pompón rojo, que le reemplazaba su tradicional gorro en punta, mientras hacía “fondo blanco” con un porrón de cerveza y se le dibujaban unos bigotitos de espuma.

“O alguien lo ve al Coqui Capitanich entrando en las chimeneas de Chaco sin aire acondicionado, ventilador de techo, ni turbo Yelmo, aunque más no sea. Es un trabajo insalubre este. Si no quiere terminar como Abal Medina vendiendo pescado en Chile con el delantal blanco y el gorrito marinero, es mejor que el Coqui se ponga media pila porque sin navidad va a tener una revuelta infantil de proporciones impensadas que va a acelerar el fin del kirchenirsmo”, habría vaticinado Papá Noel, también conocido como San Nicolás,  empinándose dos porrones de cerveza con cada mano a la vez mientras el Abominable Hombre de las Nieves, también conocido como Yeti o Sasquash y al que contrataron de forma temporaria por la navidad, sentado en un rincón de la fábrica de juguetes con las piernas cruzadas, se armaba un cigarrillo con la última cosecha de cannabis suizo.

“Si este gobierno no quiere tener quilombo groso, yo le sugiero que empiece de una buena vez a apretar a las distribuidoras de energía, o  que arme un ejército de meteorólogos que ayuden a cambiar el clima, porque si no llega la navidad a la Argentina el 25 de diciembre va a tener un levantamiento de chicos, armados con pistolas de agua y bombuchas cargadas de arena explosiva, que va paralizar el país y hasta podría prender fuego el Congreso y la Casa Rosada”, habría finalizado Papá Noel, también conocido del otro lado de la cordillera como el Viejo Pascuero, habiéndose bajado cinco barriles de cerveza tirada de 50 litros cada uno mientras salía corriendo al baño por las ganas de mear, y los duendes de la fábrica de juguetes se daban un pase de tolueno en una bolsita de regalo con motivos navideños.