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Hace unos días se pegó una huelguita de hambre para ponerse bien en línea y para que le puedan entrar las malletas que le compró un cuñado en Retiro. También se mandó una copadita del hall del Banquete Central para ir a buscar unos manguitos que tenía guardados para las vacances.
Ahí cazó justo junto a su compañera Nina una detenida que le pegó la policía y usaron el calabozo como spa para ajustar los últimos detalles físicos. También se pasaron cremas y jugaron un rato con algunos aparatitos que les acercó un oficial.
De la comisaría se fueron volando directo a Liniers y sacaron boletos para el primer micro que saliera a la costa. Sin importar el lugar. Así de locos de verano y de amor. Les tocó en suerte un servicio común con aire a Toninas.
Cargaron sus bolsitas y en unas horitas, previa parada en Dolores para orinar y comerse un pebete, llegaron a destino. Se alquilaron un triplex en un barrio exclusivo con vista a la ruta a veintiocho cuadras del mar. Para estar bien tranquis, lejos de los paparazzis.
Nina acomodó las ropitas y se fue a comprar barquillos y ginebra y Raúl se tiró en la bañadera para pegarse una refrescada. Agarró su celulito y se comunicó con Eduardo Duahlde. Dos Atlantes: uno desde la Flórida y el otro en Toninas.
3 comentarios:
hermoso, hermoso, belleza el texto y preciosa la foto
che, quién es el boludito que escribe en diminutivito? que pedacito de forrito!!!!
qué bello texto, delicado y profundo
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