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sábado, 12 de junio de 2010

Ahora todos se cuelgan del bigote de Ricardito


Hasta hace dos años atrás era el principito de la hiperinflación, el hijo que hicieron Silvina Garré y Juan Carlos Baglietto después de comerse un pollo de mazzorín, un pibe de pantaloncitos cortos que mojaba en el toddy un pedazo de torta frita hecha con la harina de la caja pan.
Pero el mapa geopolítico de la Argentina cambia con tanta frecuencia como el diseño de la página web del diarete Clarín y ahora todos se quieren colgar del frondoso bigote de Ricardito. Y todos todos todos festejan en el monumento de la Plaza de la República su victoria en la interna entre los boinas blancas.
Los timoneles de ese gran acorazado que es el proyecto nacional y popular gritan alborozados porque terminaron de empujar a la heladera a nuestro Walt Disney mendocino Julio Cletus.
Pero aunque no lo diga, el maratonista también celebra. Calcula que si va en la fórmula con Ricardito al poco tiempo se vuelve a transformar en vicepresidente opositor. “Es un trabajo de media jornada, por más o menos la misma guita que de presidente, y con poquitas poquitas responsabilidades”, reconoce en un off de record con Carlos Campolongo y Mónica Gutiérrez, los conductores del “Noticiero Federal” que emite ATC.
La mesa del agroenganche está contenta. Por fin van a volver a tener a un presidente a quien putear en vivo y en directo en la Sociedad Rural.
Y hasta Papu Macri se alegra: “Acá es sencillo: está de moda lo retro, lo vintage. Con Kirchner volvimos a los 70, ahora viene Ricardito que nos lleva a los 80 y después vengo yo que te hago la década enterita de los 90”.
Sin embargo, el Pancho Colorado de la Gente se disfraza de Enrique Hrabina y sale a cruzar fuerte los finos tobillos del alcalde porteño. “Pará papá, que Carlos era peronista y vos sos un gorila del Partido Conservador. Acá el auténtico peronista noventista soy yo”, dice mientras volvía a contar uno por uno la palada de billetes que todavía le quedan por la venta de Casa Tía.

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